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Representantes de radio Estación Sur, FM Resistencia, Radio Universidad, Canal Universitario, FM 221, canal QM Noticias, entre otros medios radiales y televisivos, además del periodista Hugo Ruano, participaron del encuentro.
El evento, que se realizó en la sala del Consejo Directivo de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, forma parte de una serie de jornadas, organizadas por la Dirección de Análisis, Monitoreo e Investigación de la Defensoría del Público, que se viene desarrollando con distintos grupos de trabajadores de prensa y asociaciones de periodistas. En este sentido, el texto del Protocolo se encuentra en pleno proceso de producción.
“Muchas veces, lo que vemos es que las coberturas, en estos casos de tragedias, quedan relegadas a la presentación de historias de vida o a la espectacularización del drama, dejando relegadas las necesidades concretas de las audiencias locales y la validación de las fuentes de información. Sabemos que muchas veces es dificultoso el acceso a las fuentes, y que también se presentan dificultades técnicas que son obstáculos que se pueden abordar desde las experiencias concretas de los trabajadores de la comunicación”, introdujo una de las integrantes de la Defensoría.
Una de esas experiencias relatadas en el encuentro fue la de FM 221 de La Plata, la cual comenzó su labor, luego de la inundación, a través de las redes sociales y la comunicación con otros medios locales y nacionales.
La periodista de FM 221, Marianela Tosseti, explicó que “las dificultades operativas, en realidad, fueron similares a las que tuvo que enfrentarse la ciudadanía: el corte de luz prolongado hizo que no pudiéramos transmitir durante varias jornadas. Pero lo importante de la experiencia es que advertimos, desde que comenzamos a salir al aire, que no hay protocolos de actuación para muchas situaciones cotidianas. Por ejemplo, hicimos un relevamiento en varias escuelas para saber si sabían qué hacer con los niños a la hora de la salida: ¿deben quedarse, deben retirarse antes y, en ese caso, solos o a través de sus padres? Lo mismo nos preguntamos para los hospitales y ámbitos públicos”.
Agregó que la tragedia del 2 de abril dejó, en lo comunicacional, un nuevo desafío para los medios locales, ya que “los ciudadanos ‘descubrieron’ que existe una multiplicidad de medios con los cuales se pueden informar y que, hasta ese momento, no los conocían. Advertimos un voto de confianza para los medios locales que es preciso sostener”.
Por su parte, el director de Radio Universidad, Santiago Albarracín, señaló que, ante el corte de luz ocurrido el día de la tormenta, decidieron trasladarse hasta una de las plantas transmisoras desde donde transmitieron, mediante teléfonos, lo que ocurría en la ciudad.
“Es necesario abordar los desafíos técnicos que pueden surgir en ese tipo de coyunturas para no cortar los canales comunicacionales mientras se producen las mayores necesidades de las audiencias. Asimismo, a medida que realizábamos la cobertura, contribuíamos con los operativos de ayuda y asistencia. Fue todo bastante complicado y fuimos resolviendo las cosas a medida que pasaba el tiempo. Por otra parte, los testimonios que recogíamos con nuestros movileros nos servían para desmontar aquellos discursos de los medios dominantes que decían que ‘la ayuda no llegaba’. Nosotros contábamos cómo llegaba esa ayuda desde la propia vivencia y lugar de los hechos”, relató Albarracín.
Entre las reflexiones que se compartieron en la jornada se trató la cuestión de las audiencias y las emisiones de canales y radios nacionales, con relación a la información que los damnificados por el desastre requerían. En ese sentido, se puso en consideración la necesidad de aunar esfuerzos entre los medios locales para poder elaborar y difundir datos básicos de servicios y asistencias de modo de orientar fehacientemente a las personas que requieren esa información y que, por cuestiones de alcance periodístico además de intencionalidades políticas y editoriales, los medios hegemónicos no abordan ni contemplan durante las horas más acuciantes.
También se discutió acerca de las responsabilidades políticas en cuanto a los comunicados oficiales y a la necesidad de que los medios locales sean atendidos por los funcionarios estatales que, muchas veces, terminan aceptando solo entrevistas realizadas por medios nacionales.
El periodista Pablo Antonini, de Radio Estación Sur, manifestó que “las radios comunitarias, inicialmente, se abocaron a una cobertura inscripta en lo territorial y al intercambio de información desde entre ellas. Esto es importante mencionarlo porque creo que no hay un modo específico de pensar este tipo de coberturas sino que eso tiene que ver con los diferentes roles de acuerdo a los tipos de medios. Advertimos seria falta de coordinación entre los estamentos del estado, disputas en los territorios por la ayuda y situaciones de tensión producto del caos que se vivió durante los primeros días. Y en lo periodístico, entendemos que hubo grandes dificultades para acceder a información centralizada y oficial, con la cual poder avanzar sobre versiones que eran contradictorias y, a veces, producto de operaciones mediáticas”.
La ética en la labor periodística fue otro de los temas tratados y, en ese sentido, los periodistas coincidieron en la necesidad de generar mecanismos discursivos tendientes a desmontar versiones infundadas, rumores circulantes e informaciones no oficiales.
Además de la elaboración de un Protocolo para coberturas periodísticas de tragedias, la Defensoría del Público tiene pensado desarrollar salas de situación mediante las cuales, en casos de catástrofes, se pueda organizar canales de consulta y suministro de información fehaciente para la correcta realización de la tarea periodística.