Al mantener una videoconferencia con el vicepresidente Amado Boudou, el canciller Héctor Timerman y la artista rosarina Nicola Constantino, autora de la obra, Cristina dejó inaugurado el pabellón argentino en la bienal, al que definió como «espectacular».
El arte argentino estará presente en la Bienal con un pabellón propio, en el que Constantino expondrá la obra desde el 1 de junio en los arsenales venecianos para el público que llegue a esa Ciudad para presenciar la prestigiosa muestra.
“Esa mujer pobre que vino del interior de la provincia de Buenos Aires, esa Eva que aparece y desaparece, refleja la historia de su pueblo”, dijo la Jefa de Estado y agregó: “Espero en que esta vuelta del pueblo en ésta década ya nadie pueda ultrajarlo, castigarlo o quitarle lo que le pertenece”.
Asimismo aseguró que «hace pocos días festejamos en una plaza llena la década ganada» y en estos diez años el PBI cultural alcanzó el «3,8 por ciento del PBI total de la economía con lo cual supera en porcentaje a la minería y a la pesca».
Pero la mandataria sostuvo que “a la cultura que no la hacen solo los artistas» y destacó «la cultura que también hace la familia».
«Acá hay dos familias muy jóvenes. Una, es la de Agustín que quería verme en la vida real. Y el papá quería convencerlo que era lo mismo mirarme por la televisión, y el nene dijo que no, que me quería ver en la vida real”, relató.
“¿Diganme si es eso no es hacer cultura?, infirió, al tiempo que señaló que “la familia también tiene la responsabilidad de moldear la cultura de los chicos. El entorno te moldea para bien o para mal.”
Luego refirió a Mara, la otra nena, nieta de desaparecidos. “Mara me mandó un dibujito de tres militares tras las rejas, porque su abuelita está desaparecida y juntó moneditas y dinero en un sobre porque escuchó que el gobierno puede comprar las netbooks con plata de los trabajadores. Eso es Mara: solidaridad”.
Previamente, Cristina los había recibido en su despacho. Al ingresar, Agustín se mostró vergonzoso frente a la Presidnta, que lo esperaba arrodillada, pero luego cobró confianza, le dio un beso y la abrazó. Luego entró Mara que también la saludó con un beso.
Durante el acto, la jefa de Estado reafirmó su condición de militante y le recordó al pueblo argentino: “siempre van a poder contar con esta Presidenta, donde sea que esté”, al tiempo que agradeció profundamente a todos aquellos que se dedican a hacer cultura.