El presidente ecuatoriano Rafael Correa recibió la investidura que lo acredita para los próximos cuatro años de gobierno y convocó a produnfizar la lucha contra la pobreza. El mandatario, que fue reelecto en febrero pasado con el 57,17 % de los votos, destacó los avances registrados en el país desde el comienzo de la revolución ciudadana.
«El país está cambiando profundamente en los económico, en lo político y en lo social», destacó Correa al inicio de su informe.
Correa convocó además a concluir la tarea iniciada por los libertadores, eliminando la pobreza para alcanzar una «segunda y definitiva independencia».
Según datos oficiales, la pobreza se redujo en 7 puntos y la erradicación del trabajo infantil permitió que medio millón de niños dejen de trabajar.
El mandatario también fustigó a los Estados Unidos al calificar como «neocolonialismo» el doble estandar de ese país en materia de derechos humanos.
Correa cuestionó también el papel de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ante el proceso político que vive la región.
En un emotivo acto, el presidente recibió la banda presidencial de la titular de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, quien a la vez la recibió de una niña con capacidades especiales.
El acto se desarrolló ante el pleno del parlamento ecuatoriano y contó con la participación de mandatarios de América Latina y el mundo, delegaciones diplomáticas e invitados especiales.
Estuvieron presentes, entre otros, el vicepresidente argentino Amado Boudou y los presidentes Evo Morales, de Bolivia; Michel Martelli, de Haití; Nicolás Maduro, de Venezuela; Juan Manuel Santos, de Colombia; y Sebastián Piñera, de Chile.
Éste será el segundo mandato consecutivo de Correa, quien llegó a la presidencia en 2007, aunque dos años más tarde reformó la Constitución y fue ratificado en el cargo por un período de cuatro años, que finaliza este viernes.