Por Agustín Espada / Los resultados marcan los ritmos y las temperaturas en el fútbol argentino, basta con tener una seguidilla de partidos perdidos para que comience a hablarse de la continuidad de un entrenador como también alcanza con ganar tres partidos seguidos para meterse en la lucha por el campeonato y olvidar, siempre con el diario del lunes, las dudas. Este parece ser el caso de Juan Antonio Pizzi en San Lorenzo de Almagro, el entrenador del Ciclón consiguió lo que pocos logran: revertir los rumores de destitución cuando la tabla de promedios volvía a acorralar a un equipo que no conseguía regularidad.
Con cuatro triunfos en cinco encuentros –Arsenal de Sarandí, Quilmes, Boca Juniors y All Boys – el director técnico de pasado en el Barcelona de España, como jugador, calló los rumores que indicaban que la dirigencia de Boedo, cansada de la irregularidad del equipo sumada a la ausencia de victorias en el Nuevo Gasómetro, había fijado sus ojos en Julio César Falcioni para iniciar un nuevo proyecto en la temporada 2013/14. Sin embargo, el quiebre en el rendimiento se produjo cuando el presidente del club, Matías Lammens, le pidió al entrenador que diera prioridad a los jugadores que continuarían en el club una vez finalizado el campeonato.
Héctor Villalba, Leandro Navarro, Ángel Correa, Gonzalo Verón y Rodrigo Contreras fueron los principales beneficiados por la nueva política futbolística del Ciclón, todos jugadores de Inferiores menos en el caso de Verón, quien llegó al club proveniente de Sportivo Italiano de la mano de Ricardo Caruso Lombardi. La frescura y, por sobre todas las cosas, los goles aportados por estos jugadores que dan sus primeros pasos en la máxima categoría hicieron olvidar rápidamente a los cuestionados Denis Straqcualursi, Franco Jara y Fabián Bordagaray, quienes no seguirían en el club cuanto culmine el Torneo Final y habían llegado al club como refuerzos de jerarquía, sobre todo los primeros dos.
Sin embargo no todo el éxito se lo llevan los jóvenes del azulgrana, aunque si se lleven los flashes de las cámaras, este San Lorenzo, que además de estar a 6 puntos del líder Newell’s Old Boys logró el pase a octavos de final de la Copa Argentina venciendo por penales a Deportivo Morón, se apoya en jugadores con mayor trayectoria como Juan Mercier, Enzo Kalinski y Julio Buffarini que recuperaron su nivel gracias al aire fresco que los triunfos trajeron. Sin renunciar a una idea que propone buscar los tres puntos sea cual sea el escenario se fortalece en una línea de volantes que colabora también en la generación de fútbol con dos volantes centrales que recuperaron el buen trato de pelota.
Párrafo aparte merece el alza en el rendimiento de la figurita difícil del pasado mercado de pases invernal, Ignacio Piatti. Ubicado como volante por izquierda, el ex-Lecce de Italia cuenta con la libertad absoluta para sorprender apareciéndose por cualquier sector del frente de ataque, con Alan Ruíz observando desde el bando y Leandro Romagnoli volviendo de a poco de su lesión ligamentaria, Nacho parece haber aprovechado el crédito que el entrenador le cedió para hacerse cargo de la generación de sociedades con los habilidosos Verón, Correa y hasta el mismo Villalba, quien será operado en los próximos días por una pubialgia.
De esta forma, hoy las noticias hablan de una posible renovación del vínculo contractual entre el Cuervo y el entrenador para mantener un proyecto que según el mismo entrenador en dos años podrá darle un campeonato al club de Boedo. Con la demostración de saber pilotear la nave en zonas de turbulencia, Juan Antonio Pizzi parece tener de cara al futuro mucho terreno para hacer madurar a un San Lorenzo al que le crecieron los pibes.