A tono con las numerosas expresiones de repudio que recibió hoy el gobernador cordobés, Juan Manuel de la Sota, en la provincia de Buenos Aires el encargado de cuestionarlo fue el secretario de Derechos Humanos, Guido Carlotto.
Para el funcionario bonaerense, que De la Sota proponga reducir las penas a los genocidas de la última dictadura cívico militar a cambio de información, “es un insulto al pueblo argentino, que en los últimos diez años ha tomado la política de Memoria, Verdad y Justicia y los valores que la constituyen, como un consenso sobre el que construye una sociedad equitativa y ajustada a derecho”.
“De la Sota pretende hacer un uso electoral y posicionarse como un referente de la oposición. Pero la miopía política y una posición ideológica ligada a la impunidad, no le permiten percibir que la Memoria, la Verdad y la Justicia se han hecho carne en los argentinos”, agregó Carlotto.
El secretario de Derechos Humanos bonaerenses recordó que el juez español Baltasar Garzón ha dicho que si en Argentina se ha cumplido el derecho a la verdad, no ha sido por la colaboración de los victimarios, sino por el esfuerzo de las víctimas y de un país que decidió en 2003, desde las instituciones y la militancia, que tenía que repararlas.
“En nuestro sistema jurídico, la pena está directamente vinculada al bien jurídico protegido; por lo tanto disminuir una pena equivaldría a restringir la protección contra el bien jurídico que en este caso es la vida. Además, los delitos de lesa humanidad son imprescriptibles porque ofenden a la humanidad en su conjunto. Pretender disminuir las penas significaría, de alguna manera, negar ese carácter”, explicó Carlotto.
El funcionario consideró que “De la Sota expresa el pasado: el de las democracias a medias, condicionadas por la impunidad” y que la Argentina del presente va por otro camino “le pese a quien le pese”.
“El caso argentino es paradigmático a nivel mundial, ya que atraviesa un proceso interno que pudo establecer justicia y condenar a centenares de genocidas, y que todavía está en evolución. Las complicidades civiles van a ser juzgadas, a pesar de los esfuerzos de ciertos sectores de poder y sus voceros políticos. Es ese el camino que eligió darse el pueblo argentino. Memoria, Verdad y Justicia”, concluyó.