Flores frescas simbolizaron el tributo al adalid, cuyos restos son atesorados en la ciudad desde el 27 de mayo de 1895, tras un azaroso recorrido desde el sitio de la actual provincia oriental de Granma donde fue abatido por soldados españoles.
La fecha, como otras vinculadas a la vida y la obra del Apóstol de la Independencia, devino incentivo para constatar la impronta martiana en las actuales transformaciones económicas y sociales impulsadas en Cuba en pos del mejoramiento humano.
Como parte de la recordación, una conferencia impartida en la Oficina del Conservador de la Ciudad mostró fotos del proceso de creación de la escultura del prócer que preside el conjunto monumental y de la mujer que inspiró su poema La bailarina española.
«Con el morir, la vida» en alusión a un verso martiano, la disertación evocó los cinco entierros de Martí hasta el emplazamiento definitivo, en 1851, del actual Mausoleo.
Desde el 19 de mayo del 2002, una guardia permanente de honor a cargo de jóvenes soldados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, refuerza aquí la reverencia perenne al más universal de los cubanos.