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Por Agustín Espada / El equipo de Carlos Bianchi debió rendir una prueba de carácter que lo hizo recibirse de candidato a quedarse con el torneo más importante de América por séptima vez en su historia –igualando el récord total de Independiente con la misma cantidad -. Habrá que hablar de dos planteos excelentes de Carlos Bianchi en lugar de “mística copera” para analizar un resultado que le permitió eliminar al campeón del mundo en su casa.
Como nunca antes se había visto en su tercer ciclo en el club, el técnico Xeneize ideó un esquema de juego que funcionó a la perfección cuando los ojos del mundo futbolístico planeaba fustigarlo ante una posible eliminación del único torneo que todavía tiene en competencia a Boca, más allá de la local Copa Argentina. Con jugadores brindándose al máximo por la idea, Bianchi consiguió rápidamente lo que había ido a buscar en el partido de vuelta: el gol. Una jugada fuera de partido pero acorde a la actuación que Juan Román Riquelme tuvo mientras estuvo en cancha le permitió ponerse en ventaja y sumarle la presión extra al Corinthians de convertir 3 goles para lograr la clasificación.
En todas sus líneas el equipo lució ordenado y su punto más bajo fue la actuación de Clemente Rodríguez quien tuvo serios problemas con las subidas de Emerson por su sector. Con Erbes, Sánchez Miño, Marín y Blandi, el entrenador consiguió refrescar un esquema que contó con la plena entrega de referentes como el mencionado Riquelme, Somoza y Erviti, cuya tarea de no dejar jugar a Paulinho fue cumplida de forma excelente en el primer tiempo. La firmeza mostrada al no quedar en apuros en ningún momento de la serie hace pensar que Boca y Carlos Bianchi van por más gloria cuando pocos los tenían en cuenta en la mesa de los candidatos.
Por cuartos de final, sin embargo, tendrá a uno de los rivales más duros que le podían tocar: Newell’s Old Boys. Al contrario de su futuro rival, el equipo de Gerardo Martino ya no sorprende a nadie y cuando todos sabían que revertir una serie como visitante ante Vélez –el juego de ida había salido 1 a 0 para los de Liniers – no sería una tarea fácil, el rótulo de hazaña se escondió detrás de una actuación que respondió a una idea de juego que se mantiene sea cual sea el resultado.
En un partido vibrante y muy emotivo, el equipo rosarino golpeó en los momentos indicados, al inicio del primer tiempo y cuando éste finalizaba. Supo aprovechar los errores defensivos de un Vélez que de igual forma nunca dejó de presentar batalla pero que chocó constantemente con la firmeza de un Newell’s que sabe mutar del golpe a golpe a un repliegue defensivo cuando el juego es cortado y las piernas de los jugadores más experimentados del plantel empiezan a mermar.
El próximo jueves la serie tendrá su capítulo inicial en la Bombonera cuando el puntero del fútbol argentino enfrente al decimonoveno, mientras que el miércoles de la semana siguiente será el turno del desquite en Rosario. Sin embargo, no será la única vez que Newell´s y Boca se enfrenten en la semana ya que el día domingo 26 les corresponde enfrentarse en el Marcelo Bielsa por la 15ta fecha del Torneo Final Copa Juana Azurduy.
Más que un choque de estilos, la llave presenta el enfrentamiento de dos grandes estrategas y conocedores de la Copa Libertadores. Martino y Bianchi sueñan con recuperar la gloria que sus equipos supieron tener, el primero parece haberlo conseguido más allá de los resultados finales, mientras que en el caso del “Virrey” las obligaciones y expectativas marcan la necesidad de obtener la tan ansiada séptima estatuilla continental.