Bajo el Arco del Triunfo, ubicado en la emblemática Plaza de la Estrella, ambos gobernantes guardaron un minuto de silencio ante la Llama Eterna, que arde en homenaje al soldado desconocido francés y todos los caídos durante el conflicto bélico.
En declaraciones a la prensa tras la ceremonia, el presidente francés se refirió a la necesidad de un trabajo conjunto en Europa por el crecimiento y el empleo y llamó a un compromiso entre su país, Alemania y Polonia para edificar el futuro de la región.
A diferencia del año pasado, cuando el lugar estuvo colmado de público dos días después de la victoria de Hollande en las urnas, esta vez sólo pequeños grupos de franceses y algunos turistas presenciaron el acto desde las calles aledañas a la plaza.
El jefe de Estado sufrió en estos 12 meses una abrupta caída en el índice de aceptación popular, que según recientes encuestas oscila entre 24 y 25 por ciento.
Algunas de las principales razones del descontento son la mala marcha de la economía nacional y el creciente desempleo, que afecta ya a más de tres millones 220 mil personas en edad laboral.
Hasta el momento los programas emprendidos por el gobierno para combatir el paro, como los denominados «contrato de generación» y «empleos del futuro» no tienen ningún impacto apreciable en la situación.
El presidente insiste en que logrará invertir la curva del desempleo antes de fin de año, pero en su contra está el bajo crecimiento del Producto Interno Bruto, previsto en apenas 0,1 por ciento para 2013.
La credibilidad del gobernante se vio afectada, además, por el escándalo desatado por el exministro de Presupuesto Jerome Cahuzac, quien reconoció la existencia de una cuenta ilegal a su nombre en un banco del exterior.
Hollande tiene previsto dirigirse a la población el próximo 16 de mayo, un día después del primer aniversario de su toma de posesión.
Una de las expectativas sobre su intervención es conocer si realizará algún cambio en su equipo de gobierno, como insinuó en una entrevista concedida a la revista Paris Match.