Oriunda de Medellín, Antioquía, Piedad Córdoba se graduó como abogada en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín y se especializó, por la misma universidad, en Derecho Organizacional y de Familia. Su extensa carrera política comenzó en 1987, cuando obtuvo su primer cargo electivo como concejal de su ciudad. Tres años después, sería electa diputada en el departamento de Antioquía y, desde 1994 hasta 2010, resultaría electa senadora de la república en cuatro elecciones consecutivas.
Su vasta y prolífica actividad parlamentaria estuvo enfocada, principalmente, a la ampliación de derechos y la participación democrática de la comunidad afrocolombiana y los colectivos gays, lesbianas, bisexuales y transgéneros. También impulsó proyectos contra la violencia intrafamiliar y la corrupción, y denunció, en diversas ocasiones, la vinculación de varios estamentos del estado colombiano con los carteles del narcotráfico.
Integrante del Partido Liberal de Colombia, Piedad Córdoba es considerada una de las colombianas más representativas del movimiento latinoamericano feminista y una férrea defensora de las comunidades negras. Asimismo, ha impulsado férreamente la salida negociada del conflicto armado en Colombia y criticado el desarrollo de fuerzas paramilitares que pretenden enfrentarse y resolver, mediante acción de guerra, el conflicto histórico que derivó en la aparición y desenvolvimiento de las FARC en buena parte del territorio colombiano.
En este sentido, en 2007 fue designada por el gobierno de Álvaro Uribe como facilitadora para el “acuerdo humanitario” con las FARC, tarea que inició junto con el expresidente venezolano Hugo Chávez Frías a pedido del presidente colombiano. Sin embargo, a pesar de haber logrado en poco tiempo la liberación de seis políticos secuestrados, la gestión conjunta de Piedad Córdoba y Hugo Chávez fue desautorizada y cancelada definitivamente por parte del presidente Uribe.
Desde ese momento, la entonces senadora se convirtió en objeto de una campaña de desprestigio y difamación tendiente a asociar su figura y su rol público con el financiamiento de operaciones militares de las FARC. Finalmente, en 2010, la campaña de persecución política terminó con la destitución de Piedad Córdoba de su cargo parlamentario y su inhabilitación por 18 años para cargos electivos. No obstante, la reconocida activista por la paz y los derechos de las minorías continúa su tarea de concientización y debate recorriendo América Latina y el mundo.