.
Por Agustín Espada / No es la primera vez que sucede que el conjunto de Avellaneda comienza un año con grandes aspiraciones y a mitad de camino parece conformarse con lo que los grandes equipos dejan para el resto. Luis Zubeldía planeó un semestre de despegue, con las figuras juveniles surgidas en el pasado torneo como protagonistas de un Racing que presentaría batalla en el doble frente que se le proponía al iniciar este 2013. El Torneo Final era la gran apuesta de un técnico que, hasta el momento, declara mejor de lo que logra mostrar su equipo.
El partido del domingo pasado en Rosario fue una síntesis de las razones por las cuales Racing ya no tiene mayores aspiraciones hasta el fin del Torneo. Luego de protagonizar un “papelón”, tal cual lo calificó el presidente del club Gastón Cogorno, se esperaba un equipo que fuese en busca de los tres puntos que le permitieran acortar distancias con uno de los punteros y confirmar que pelearía el campeonato. Sin embargo, el técnico dispuso un esquema con cinco volantes y tan sólo un delantero, Luciano Vietto, manteniendo en cancha a Mario Bolatti, quien no viene cumpliendo un buen papel desde su llegada en enero pasado. Relegado al banco de suplentes quedó Agustín Pelleteri de regular rendimiento, lo cual es todo un mérito en nuestro fútbol.
Poco tardó Newell’s en desentrañar un planteo que busca asegurar el 0 en arco propio pero que comete groseros errores en la última línea y convierte, partido tras partido, a Sebastián Saja en la verdadera figura de Racing. El primer gol vino por una desatención en una jugada preparada del equipo rosarino, en el segundo Fernando Ortiz comete un penal indiscutible al delantero rojinegro que venía gambeteando rivales desde fuera del área, el 2-3 lo concretó Pablo Pérez cabeceando sólo a espaldas de los centrales racinguistas, mientras que lo mismo ocurrió en el gol sobre la hora de Maxi Rodríguez, quien recibió la pelota libre de marca en el medio del área cuando el partido se consumía en los minutos de descuento.
Sólo el magnífico Luciano Vietto pudo salvar la ropa de un equipo que recién perdió la timidez cuando ya se encontraba 2 goles abajo y con un hombre menos por la rápida y repetida expulsión de Diego Villar –en el clásico frente a Independiente en la 3er fecha fue expulsado a los pocos minutos de ingresar en el equipo-. Tres goles le hicieron creer al equipo que podía empatarlo y hasta ganarlo, pero sus limitaciones pudieron más.
Con la chance de clasificar a la Copa Libertadores con tan sólo ganar cinco partidos –comenzó su participación en los 16vos de final de la Copa Argentina- dilapidada, clasificar a la Copa Sudamericana no parece colmar las expectativas del hincha que vio, en el semestre pasado, como Colón de Santa Fe eliminaba a este mismo plantel dirigido por el mismo entrenador en primera ronda.
Ocupando el último puesto dentro de los equipos que clasifican y a 7 puntos de su máximo perseguidor, justamente el club “Sabalero”, y 8 de San Lorenzo, no parece un logro difícil de conseguir la clasificación a la Copa. Sin embargo, el futuro plantea la necesidad de rediseñar un plantel en el que los refuerzos no logran acoplarse. Como muestra de ello José Sand -mejor contrato y una de las contrataciones más importantes hace un año – dejará el club en junio y difícilmente sume minutos hasta ese momento; Mario Bolatti -única incorporación en el mercado de verano – tampoco seguirá en el club por su bajo rendimiento.
¿Le alcanzará a Racing con los destellos de sus jugadores juveniles para conformar un equipo que pueda meterse en la discusión grande? ¿Podrán hacerse cargo Luis Fariña, Ricardo Centurión, Luciano Vietto, Bruno Zucculini y Rodrigo De Paul del hambre de campeonatos de un club que no se corona hace 12 años?