Hoy se conmemora otro 1 de Mayo en todo el mundo, en recuerdo a los trabajadores estadounidenses ejecutados en 1887. En nuestro país el Día de los Trabajadores se conmemora desde finales de siglo XIX y a partir de entonces hasta la actualidad fue mucha el agua que corrió bajo el puente. Muchas de las reivindicaciones fueron conquistadas gracias a las colosales luchas obreras que se basaban en reclamos salariales, de buenas condiciones laborales, derecho a huelga, a reunión; pero también los trabajadores fueron las víctimas de salvajes represiones patronales, de gobiernos insensible y de dictaduras militares. Los trabajadores y los jóvenes fueron las víctimas que más sufrieron el genocidio que se desplegó en el país tras el golpe de Estado de 1976.
La primera presidencia del general Juan Domingo Perón fue la bisagra, el momento histórico en el que el reclamo del movimiento obrero argentino se hizo realidad. Fue cuando el Estado democrático, nacional, popular y transformador cambió el rumbo: reconoció y amplio derechos; nunca antes la clase trabajadora de nuestro país había alcanzado ese punto tan alto de logros y objetivos cumplidos.
Sufrimos escarnios y protagonizamos heroicas resistencias. Los trabajadores argentinos nunca se rindieron. El modelo neoliberal impuesto por la última dictadura eclosionó con las jornadas de lucha de diciembre del 2001. El pais y su mejores hijos, los de la clase obrera, estaba en ruinas.
Entonces comenzó lo que hoy podemos definir como “la década ganada”, de la mano de un entonces gobernador en los confines del territorio nacional. Néstor Kirchner ordenó bajar esos cuadros y puso en marcha un proyecto de país que hoy continúa la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y se caracteriza justamente por dar todo lo posible todos los días para la constante recuperación de los derechos de los trabajadores y del pueblo.