El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y otros integrantes de su gabinete ofrecieron esta tarde una conferencia para seguir justificando el brutal accionar de la Metropolitana en el Hospital Borda, donde los policías porteños golpearon, gasearon e hirieron con balas de goma a trabajadores de la salud, pacientes y periodistas.
En este marco, y luego de respaldar a su fuerza a través de Twitter, Macri llamó a «no ceder ante los violentos» –así definió a las víctimas de la represión- y trató de instalar que la Metropolitana actuó tras «ser agredida durante una hora y media”.
«Esto se hace a favor de los que trabajan ahí y de los vecinos. No se entiende este nivel de agresión, no hay razón alguna. Cuatro de cinco gremios estuvieron de acuerdo», agregó sobre las obras en el Taller Protegido 19 del Hospital Borda.
Macri evitó contestar en varias oportunidades quién había dado la orden de reprimir y divagó con un largo discurso sobre “la Argentina que nos merecemos” con “una sociedad normal” que “no acepte la violencia contra la policía”, tratando de justificar otra vez el accionar de la Metropolitana en las inmediaciones del Borda.
Pero los periodistas insistieron y quien, finalmente, respondió fue el ministro de Seguridad, Guillermo Montenegro: “Yo soy el responsable político de la Policía Metropolitana. Cuando hay una comisión de delito, el personal policial no tiene que recibir una orden porque tiene que proteger la ley. Es decir, la ley es la que estaba amparando el accionar de la Policía Metropolitana. Se reprimieron delitos y los detenidos fueron puestos a disposición de la justicia”.
Los caracterizados como “delincuentes” y “violentos” por el discurso fascista de Macri, Montenegro, Vidal y Larreta fueron nada menos que unas 50 personas, entre trabajadores, médicos, legisladores y periodistas. Todos resultaron heridos cuando se intentaba impedir que operarios del gobierno porteño destruyeran el Taller Protegido 19 del Hospital Borda, de la zona de Barracas.
Como resultado de la brutal represión, que concitó el repudio de organizaciones sociales y médicas, de dirigentes políticos, de funcionarios nacionales y legisladores de todo el arco opositor, fueron detenidas ocho personas, entre las cuales había médicos, enfermeras y dirigentes gremiales.
Los más afectados por la represión macrista fueron el camarógrafo de C5N, Mario Ricci, que resultó herido en un brazo, y fue intervenido quirúrgicamente, y Pepe Mateos, fotógrafo de Clarín, que recibió el impacto de una bala de goma en la mandíbula mientras cumplía con su trabajo en el lugar de los incidentes.
Además, fueron heridos de bala de goma Alberto Samudio y Sebastián Vázquez, de Telefé; Carlos Torres, de Canal 13; Soledad Larghi, de América; Mario Gavilán de C5N; Fabián Alasi de Crónica TV; una cronista de CN23 y otra reportera de Canal 26.
También resultó golpeado el equipo de Audiovisuales de Télam, integrado por Gabriel Eiriz y Leonardo Piccone, y el fotografo de esa misma agencia, Daniel Dabove.