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Por Ariel Spini / En el campeonato de la B Metropolitana, Villa San Carlos pisa más que fuerte y a un punto de Atlanta quiere dar la nota. El orden táctico del experimentado Ricardo Rezza más las figuras de la categoría alimentan la fantasía de los ribereños.
En julio del año pasado se estableció un nuevo vínculo entre la institución berissense y el ex-entrenador de San Lorenzo de Almagro entre otros. Con el regreso de Rezza al mando del plantel profesional comenzó una ilusión que ganó en fuerza a medida que transcurrieron las jornadas del calendario y los resultados, al igual que el rendimiento del equipo, fueron los esperados.
El Celeste demostró ser dueño de una ideología de juego desde la primera fecha -algo que incluso equipos de Primera División no poseen- y desde allí forjó el presente que ilusiona a la ciudad. La solidez defensiva sin ser un típico equipo que prioriza el cero en su arco lo llevó a ser el conjunto que menos goles recibió en su contra hasta el momento, un total de 23 tantos en 33 partidos disputados.
Como si eso fuera poco cuenta con la presencia de Ignacio Oroná como líder y cerebro de un mediocampo solidario y ordenado, más Pablo Vegetti como la carta goleadora. Dos jugadores que se encuentran un escalón arriba de sus colegas de la categoría son pilares del presente del conjunto. El ex- volante de Gimnasia y Esgrima La Plata es el encargado de distribuir el juego, realizar la pausa y elegir el momento justo para golpear. El santafesino con sus 21 gritos en 33 partidos, no sólo aporta gol sino que también forma parte del eje futbolístico del conjunto.
Hoy Villa San Carlos sueña con lograr el ascenso a la B Nacional gracias a cuatro pilares fundamentales: el regreso de Ricardo Rezza, la férrea defensa, Ignacio Oroná y Pablo Vegetti. Siete son las jornadas que quedan en el calendario y uno el punto que lo separa del líder. La Villa, con su fútbol, anima a la ilusión de todo Berisso y a medida que transcurren las fechas el anhelo se vuelve más grande.