Los manifestantes expresaron su descontento por las deportaciones que causan la ruptura y separación de millones de familias de inmigrantes en Estados Unidos, en tanto pidieron a los legisladores norteamericanos aprobar una reforma migratoria integral al caso de indocumentados.
Al expresarse hartos de oír promesas sin cumplir de los políticos que sólo buscan conseguir el voto latino, los conglomerados pidieron a los legisladores norteamericanos dejar a un lado sus diferencias y aprobar normas eficaces al respecto.
Las protestas se dan en el momento en que los inmigrantes cuentan con el mayor apoyo público visto en la historia de EE.UU.
Según las recientes encuestas, nueve de cada diez votantes californianos apoyan el otorgamiento de la ciudadanía a los inmigrantes.
Los grupos de derechos de inmigrantes en Los Ángeles han adelantado la celebración de una próxima marcha en Washington DC; pues planean realizar marchas en otras 70 ciudades del país en busca de una reforma migratoria integral.
De los once millones de inmigrantes indocumentados en EE.UU., el 25 por ciento radica en California, quienes representan más de un tercio de la fuerza laboral de este estado norteamericano.
Negociaciones tensas
El proyecto fue elaborado por una comisión bipartidista con el objetivo de realizar, entre otros, acciones para reforzar la seguridad en la frontera; combatir el trabajo en negro, multando a los empleadores que contraten inmigrantes no autorizados; mejorar el sistema de inmigración y abrir una opción para que a partir de los 13 años todos puedan aspirar a la ciudadanía, elemento esperado por los más de 11 millones de inmigrantes que viven en ese país.
De todas maneras, las negociaciones sobre la reforma migratoria enfrentan aún serias dificultades en el Congreso de Estados Unidos, a pesar de ciertos avances sobre el posible otorgamiento de visas a obreros temporales.
Las diferencias en torno a este punto constituían uno de los obstáculos principales para alcanzar un consenso legislativo sobre inmigración, pero las conversaciones están en curso y no existe una propuesta integral en el Capitolio, según el periódico californiano La Opinión.
El logro de un acuerdo entre grupos empresariales y sindicales estadounidenses sobre este sector de trabajadores extranjeros fue anunciado la víspera luego de un encuentro sostenido por Thomas J. Donohue, presidente de la Cámara de Comercio, y Richard L. Trumka, líder de la AFL-CIO, la principal organización sindical del país.
El senador Lindsey Graham, republicano por Carolina del Sur, señaló este domingo que los ocho legisladores de ambos partidos en la cámara alta que buscan un compromiso no han logrado un proyecto definitivo.
Por su parte, su colega republicano por el estado de Florida Marco Rubio advirtió que las conversaciones están en un punto de partida, por lo que son prematuras las versiones de que el grupo bipartidista alcanzó un acuerdo marco sobre la reforma migratoria.
Ocho senadores de siete estados trabajan en un proyecto de ley que sirva de punto de partida para la discusión sobre cómo arreglar el sistema de inmigración, pero esa propuesta debe ser presentada al resto de los miembros del Senado, apuntó Rubio.
La reforma migratoria es una de las prioridades del presidente Barack Obama luego que incumplió sus promesas sobre el tema en su primer mandato, y está previsto que este sea uno de los puntos centrales de discusión en el Senado y la Cámara de Representantes a partir de la próxima semana.