La presidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó hoy el acto central por el 31 aniversario de la Guerra de Malvinas en Puerto Madryn, ciudad que recibió a los soldados argentinos tras el conflicto de 1982.
Acompañada por el vicepresidente Amado Boudou y el gobernador de Chubut, Martín Buzzi, la mandataria destacó que la Causa Malvinas «ya no es nacional», sino «regional y global».
«Logramos, con el acompañamiento de todos los mandatarios de América latina, convertir a Malvinas en una causa regional de soberanía, y global de lucha contra el colonialismo», dijo Cristina.
Además, criticó la postura del Reino Unido por su negativa a negociar una resolución del diferendo y se preguntó «cómo puede alguien negarse al dialogo y estar del lado de los países que se autodenominan civilizados”.
“Es demasiada incongruencia, es demasiada incoherencia», subrayó Cristina y recordó que Gran Bretaña dialogaba “con una dictadura sangrienta», pero ahora se niega a hacerlo «con un gobierno democrático, que ha hecho de la defensa de los derechos humanos y sociales una bandera inclaudicable».
La mandataria también repudió la presencia militar del Reino Unido en el Atlántico Sur y aseguró que «la guerra sólo le sirve a los que fabrican armas».
«Mientras ellos espían, nosotros vamos a poner en el mar un buque científico para la ciencia y el conocimiento», afirmó.
Al referirse a los combatientes y caídos durante el conflicto de 1982, la jefa de Estado sostuvo que «jamás volverán a ser olvidados porque son el orgullo de la Nación» y recordó que la mayoría de los soldados que habían estado en la zona de guerra «fueron recibidos por todo el pueblo de Puerto Madryn».
«Hay que estar unidos en honor de esos que sin pedir nada entregaron todo», dijo Cristina y hacia el final de su discurso afirmó, citando al ex presidente Néstor Kirchner, que «a la historia pasan los que se la juegan todos los días, todo el tiempo, por la Patria, por el otro y por la vida».