En el último fin de semana de marzo se llevó a cabo la séptima fecha del calendario del Torneo Final – Copa Juana Azurduy. Una jornada que, de antemano, prometía otorgar fútbol de gran nivel y partidos más que interesantes para comenzar a delinear el futuro de la competencia. Sin embargo todas las promesas de buen juego y de choques atractivos quedaron sin saldarse.
Los enfrentamientos de River Plate y Vélez Sarsfield, más el clásico entre Independiente y Boca Juniors aparecían como los dos duelos de mayor seducción. No obstante, ambos partidos dejaron mucho que desear, ya sea desde lo futbolístico a la hora de generar juego como desde el marcador final.
Los Millonarios recibieron la visita del último campeón del fútbol argentino para tener una fuerte medida de su futuro en el certamen. A la hora de desarrollarse el trámite ambos equipos pecaron en los metros finales y sólo lograron mover el esférico sin profundidad en la medular del campo de juego. Las defensas lograron replegarse rápidamente y cortaron los circuitos de creación, por ello ninguno de los delanteros tuvo participaciones en la red como en el match. Al final, el cotejo, dejó incontables pases sin vértigo alguno y un aburrido empate lejos de la promesa de un gran partido.
En Avellaneda la historia fue distinta pero el desenlace futbolístico no. El clásico histórico entre el Rojo y el Xeneixe se vio opacado por las malas intervenciones de Saúl Laverni que cambió el rumbo de un juego que parecía pagar con la oferta. El árbitro decidió expulsar a Cristian Cellay por una infracción de menor índole y desde allí modificó rotundamente el desarrollo del encuentro. La diferencia numérica a favor del local sacó del campo de juego a una visita que sólo pudo atinar a defenderse con todas sus fuerzas. El único equipo en cancha fue el de Américo Gallego y la emoción del encuentro entre rivales eternos quedó de lado.
Ya sea por propias decisiones, como ocurrió en Núñez, o por acciones de terceros, como pasó en Avellaneda, los partidos que prometían otorgar un salto de calidad quedaron en deuda. La séptima jornada llega a su fin y el fútbol no dijo presente.