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En la década del 30 se produjo el auge de los comics, que vendían a la sociedad historias de superhéroes que transcurrían sus días en la constante lucha por salvar al Mundo y evitar el fin de la vida como se conoce. Hoy, en un Siglo distinto, la historia en la Primera División del fútbol argentino parecer estar apuntada al regreso de hombres con pasado noble en ciertas instituciones. Tres de los denominados Cinco Grandes realizaron viejas apuestas nuevas para tratar de salir de las malas y volver a la senda del bien. A pesar de ello los resultados no se asemejan a los soñados por las aficiones y los mismos dirigentes.
Boca Juniors, Independiente y River Plate son los conjuntos que en la temporada buscaron en lo más profundo de su reciente historia, para lograr el regreso a la primera plana. El tridente de clubes reestableció relaciones con viejos entrenadores que les dieron alegrías a los clubes. En la Ribera llegó el multicampeón Carlos Bianchi, en Núñez hizo lo propio Ramón Díaz y en Avellaneda comenzó una nueva etapa Américo Gallego.
Los tres entrenadores regresaron a los equipos que alguna vez llevaron a la gloria para, como los superhéroes en los comics, salvarlos del mal y regresarlos a las etapas doradas. Cada uno con un poder distinto, pero a la vez todos con una misma cualidad, la motivación. Se hicieron cargo de equipos que desanimaban y preocupaban a los fanáticos con la premisa de cambiar la historia.
No obstante los intentos del tridente de Supertécnicos fueron en vano. Los bonaerenses siguen como un equipo que no logra prevalecer en el verde césped y la debilidad anímica sale a la luz cuando el trámite les resulta adverso. El Tolo, desde su regreso, no logró dominar el vestuario, cambiar la mentalidad y forjar once gladiadores que busquen evitar el descenso. Algunos de los compinches del héroe no dan la talla en los encuentros y la disconformidad crece a medida que los resultados no son los esperados.
El Virrey arribó a un combinado en el que no contaba con su principal secuaz, Juan Román Riquelme. Sin embargo el tiempo fue benigno para con el coach y permitió la vuelta de uno de los últimos románticos del fútbol. Con el experimentado entrenador y el creativo, el Xeneixe aspiraba a consagrarse nuevamente como Rey de América, aunque la suerte –por el momento- le fue esquiva. Falencias defensivas, justamente en el poder especial del paladín, les dieron derrotas tan duras con efecto similar a la kriptonita para Superman. Hoy Boca se encuentra lejos en el Torneo Final y en la Copa Libertadores, Bianchi parece haber olvidado la manera de prevalecer en las batallas más importantes para salvar al club de la humillación.
Quizás quien corre con mejor suerte es el Pelado Díaz, sin una idea de juego logró conseguir tres victorias consecutivas y prenderse en el lote de luchadores por la cima del campeonato. Los Millonarios sufren la falta de una ideología, pero por el momento el azar esta de su lado, el riojano no es el mismo que le otorgó siete campeonatos y eso se siente en el equipo. Cuando los poderes no salen a la luz, la buena fortuna es bienvenida, y en Núñez agradecen los acontecimientos fortuitos.
Los Supertécnicos que fueron llamados a salvar de la desazón y humillación futbolística a sus viejos protegidos no logran hacerse fuertes, los poderes que antes dieron alegrías hoy no predominan y la historia no parece repetirse. El tiempo fue un enemigo duro para Bianchi, Gallego y Díaz, sus equipos no se desempeñan como los antiguos campeones y eso se nota en cada fin de semana.