Por Agustín Espada | Las semanas previas a los clásicos suelen ser más que revolucionarias en los equipos que se preparan para disputar un partido que suele significar más para los que están fuera del campo de juego que para los que se encuentran dentro. Sin embargo, en Racing esta vez parece ser diferente.
El clásico comenzó a vivirse y jugarse desde el lunes cuando periodistas y dirigentes empezaron a especular con la designación del árbitro del encuentro. La discusión se basaba entre la negativa de Racing a ser dirigido por un árbitro perteneciente al SADRA –el Sindicato de Árbitros Deportivos de la República Argentina, conducido por Guillermo Marconi, ex árbitro y reconocido hincha de Independiente-. Finalmente el escogido el día martes en las oficinas de la AFA fue Diego Abal, perteneciente a la Asociación Argentina de Árbitros.
Luis Zubeldía, técnico de la “Academia”, tuvo una semana turbulenta y no sólo por los problemas en el armado del equipo, sino también por las declaraciones que el entrenador realizó en su conferencia de prensa el día miércoles. En sus dichos, el director técnico hizo referencia a la posibilidad de dirigir el Mundial de Brasil 2014 y a la importancia que este partido tendría en el currículum del árbitro en vistas de sus expectativas para dicha competencia. Además, en una mezcla de halago y condicionamiento, elogió la personalidad de los árbitros argentinos por no dejar que el peso de las localías incida en sus arbitrajes.
En sus dichos Zubeldía reflejó el pensamiento y el deseo de todo Racing: que no se repita lo que ha venido sucediendo en los últimos clásicos, que el árbitro no cobre penales para Independiente ni expulse jugadores de la “Academia”, como ocurrió en el partido disputado en el Libertadores de América con Bruno Zucculini y Teófilo Gutiérrez. Lo cierto es que la actuación de Abal será cuidadosamente observada el domingo a partir de las 17, cuando arranque el clásico.
En lo que al equipo se refiere, son tres las dudas que el técnico tiene en su confección. Las más importantes, podría decirse, tienen que ver con las lesiones de Claudio Corvalán –molestia en el tobillo derecho- e Iván Pillud –sobrecarga en el isquiotibial derecho-.
El caso del lateral izquierdo ex Quilmes es el menos comprometido de ambos, ya que de no llegar al domingo su lugar estaría ocupado por Martín Migliónico, defensor central desde mediados de 2012 proveniente del Lecce italiano.
Más complicado es que el rosarino, de gran actuación en el último partido frente a Argentinos Juniors, esté en condiciones para el clásico. Su lugar podría ser ocupado por Bryan Lluy –recordado por hacer un penal, que luego Darío Gandín cambiara por gol, al tocar la pelota con la mano tontamente, también en la cancha de Independiente en el 2010.
De todas formas, no se descarta que pueda ingresar Diego Villar como lateral derecho. El ex Godoy Cruz es uno de los protagonistas de la última duda que tiene Zubeldía de cara a la 181ra edición en la era profesional del Clásico de Avellaneda. Martín Pérez Guedes ingresó en el último encuentro frente al “Bicho” de la Paternal en reemplazo del suspendido volante. Sin embargo, el director técnico estaría pensando en mantenerlo en su posición para aportarle más desequilibrio de mitad de cancha hacia delante al equipo.
Saja; Lluy, Ortíz, Cahais, Corvalán o Migliónico; Camoranesi, Bolatti, Pelletieri y Pérez Guedes; Vietto y Sand serían los once elegidos por el entrenador para intentar vencer al “Rojo” y quebrar la racha que marca que desde el 2001 –con gol de penal de Maximiliano “Chanchi” Estévez- la Academia no puede vencer a su clásico rival en Alsina y Bochini –sí lo hizo en el 2003 por 3 a 1, pero el escenario era la cancha de Lanús.
Con el árbitro en el centro de la polémica, Independiente jugando sus últimas cartas para no perder la categoría y Racing que pretende afirmar su condición de candidato, el domingo se disputará uno de los clásicos de Avellaneda más esperados de los últimos años. Que la paz, el color y el buen fútbol sean los únicos protagonistas de este gran partido.