Una joven de 20 años, identificada como Kepari Leniata, fue quemada viva en Papúa Nueva Guinea, Oceanía, tras ser acusada de emplear la brujería para matar a un niño de seis años, informó la prensa local.
El diario The Post Courier, en su versión on line, calificó el hecho como un «asesinato brutal», consumado frente a «cientos de personas, entre ellas niños» en Mount Hagen, una localidad del estado independiente ubicado en la parte oriental del archipiélago Papua Guinea.
Según publicó el periódico, «después de haber atado a la joven víctima le esparcieron en el cuerpo el líquido inflamable, la subieron a un cúmulo de basura donde quemaron neumáticos, luego las llamas hicieron el resto».
Previamente, la mujer fue desvestida y salvajemente torturada con un hierro al rojo vivo. La policía no pudo evitar la acción criminal al ser superada en número por una concentración de vecinos. Un grupo bomberos que se presentó en el lugar tampoco pudo hacer nada y huyó ante la ira de la muchedumbre.
Los habitantes enfurecieron el martes pasado cuando murió un niño de seis años que había tenido dolor en el estómago y en el pecho. Sus padres, tal vez por venganza, apuntaron contra la joven y ejercieron «justicia» por mano propia.
El jefe de las fuerzas de seguridad, Kaiglo Ambane, afirmó que el caso será tratado como homicidio y que buscan a los responsables.