.
El Gobierno destinará a partir del 1 de marzo próximo más de 40 mil millones de pesos al mercado interno que tendrán un fuerte impacto en la economía en la primera mitad del año.
La cifra comprende las dos medidas anunciadas por la presidenta Cristina Fernández el lunes último en Casa Rosada sobre el impuesto a las Ganancias y las jubilaciones y pensiones.
Con el aumento del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias, alrededor de 8 mil millones de pesos irán a parar a los bolsillos de los trabajadores durante el primer semestre .
Esto responde a que el piso de quienes pagan Ganancias aumentó 20 por ciento, dejando a 82,52 por ciento de los trabajadores exentos del pago de esta obligación, y reduciendo significativamente el tributo para el resto.
Desde el 1 de marzo pagarán Ganancias aquellos trabajadores solteros que perciban más de 8.360 pesos y los casados con dos hijos con ingresos brutos superiores a 11.563.
Esos 8.000 millones de pesos que se volcarán en la economía doméstica se agregan a los más de 32 mil millones en los bolsillos de los jubilados que significará el incremento de 15,18 por ciento de los haberes jubilatorios y las pensiones, también desde el inicio del tercer mes del año.
En ese momento, los jubilados que menos cobren recibirán 2.165 pesos mensuales, en lugar de los 1.879 pesos actuales, lo que los colocará a menos de 7 puntos porcentuales del 82 por ciento del salario mínimo, que el próximo mes se ubicará en 2.875 pesos.
Así, en la primera mitad del año se garantiza una importante masa de recursos que se destinarán principalmente al consumo interno, lo que se sentirá con fuerza en los números de la economía.
Esto sin contar los 17.000 millones de pesos que los bancos deberán otorgar en préstamos a la producción, fundamentalmente a las pequeñas y medianas empresas, como consecuencia de la decisión del Banco Central de que el equivalente al 5 por ciento de los depósitos privados de cada entidad financiera se destine a ese fin.
Todavía resta agregar también el resultado que tendrán las paritarias en la mejora del ingreso de los trabajadores, cuya discusión ya comenzó en algunos gremios y que antes de mediados de 2012 deberían cerrarse en su mayoría, como ocurrió en los últimos ocho años.
Además, habrá un nuevo salario mínimo, vital y móvil que fijará el Consejo como todos los años, y el segundo ajuste de haberes para los jubilados, contemplado en la Ley de Movilidad, cuyos efectos quedarán para la segunda mitad del año.
Todo esto en el marco de un nivel de desocupación en sus mínimos históricos, al haberse ubicado en 6,9 por ciento en el final de 2012, aun cuando la economía registró el menor crecimiento en tres años, producto de la crisis internacional.