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Los gobiernos de Argentina e Irán firmaron ayer, en Addis Abeba, capital de Etiopía, un acuerdo para que todos los iraníes imputados por el atentado contra la AMIA declaren en Teherán ante el fiscal Alberto Nisman, el juez Rodolfo Canicoba Corral y quienes la Justicia argentina decida.
En forma paralela, los dos poderes ejecutivos designarán una Comisión por la Verdad, integrada por cinco prestigiosos juristas que no serán ni argentinos ni iraníes. Esta comisión no tendrá funciones judiciales, acompañará el proceso sugiriendo líneas de acción y no está claro si hará un informe final evaluando las evidencias.
En cualquier caso, todo el acuerdo de nueve puntos deberá ser aprobado por los dos congresos, el de Argentina y el de Irán, antes de ponerse en marcha. De concretarse, sería la primera vez en 18 años que la Justicia argentina accede a los imputados.
El texto fue firmado ayer por los cancilleres de ambos países, Timerman y Alí Akbar Salehi, que pautaron el encuentro en el marco de la reunión de la Unión Africana. El acuerdo fue anunciado por la Presidenta, ayer a la mañana, por Twitter.
Los puntos clave son básicamente tres:
-Irán acepta que sean interrogados en Teherán los cinco iraníes que hoy son buscados por Interpol y cuya captura es considerada de máxima prioridad, por lo que la búsqueda es con alerta roja.
El interrogatorio estará a cargo de fiscales y jueces argentinos, aunque también los habrá iraníes, por cuanto en Irán también hay una causa judicial.
– Se constituye una Comisión de la Verdad integrada por juristas internacionales, que no pueden ser ni argentinos ni iraníes. Esa comisión recibirá informes de la Justicias argentina e iraní. Sobre esa base sugerirá cursos de acción, que no serán vinculantes para fiscales o jueces.
– El acuerdo tiene que ser aprobado por los Congresos de los dos países.
A priori, la polémica se dará entre quienes cuestionen la existencia de la Comisión de la Verdad y los que consideran que lo fundamental es que, por primera vez en 18 años, se podrá interrogar a los imputados iraníes.
Los que cuestionan la comisión básicamente sostienen que ya está clara la responsabilidad iraní, por lo cual no puede haber ningún organismo –aunque sea independiente– evaluando las pruebas. También en el terreno internacional, tanto para Estados Unidos como para Israel, la cuestión es asunto terminado, y el atentado se considera obra de Teherán. Quienes afirman esta posición consideran que los iraníes deben entregarse a la Justicia argentina y punto.
Irán, en cambio, sostiene que no tuvo nada que ver y que nunca participó de hechos terroristas fuera de Medio Oriente. Argumenta, por ejemplo, que los únicos atentados que se le imputan son los de Buenos Aires, contra la AMIA y la Embajada de Israel, y en base a una causa armada por la SIDE, la CIA y la Mossad. Exhiben que cuando fue detenido el ex embajador de Irán en la Argentina, Hadi Soleimanpour, los jueces ingleses dijeron que no había pruebas. Por lo tanto Teherán mantuvo su postura de no entregar ni permitir la indagatoria a sus funcionarios.