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Por José Luis Ponsico / El técnico vive un momento especial. Entre los trascendidos, el buen clima del plantel, se sabe que Ramón se dedicó especialmente a «recuperar» tres jugadores que no tenían destino en River hasta hace 30 o 40 días: Walter Acevedo, Adalberto Román y Mauro Díaz.
En todos los casos, dicen «desde adentro», el «Pelado» Díaz hizo lo mismo: se apersonó a cada uno y como reprodujo Acevedo, ex 5 de San Lorenzo cuando Ramón era el DT y el equipo azulgrana ganó el Clausura´07, preguntó «¿No te habrás olvidado de jugar?».
Acevedo se destacó contra Independiente. No estuvo en el banco contra Boca, pero puede ser titular contra Racing el jueves venidero. Su paso por Banfield lo marcó con «otro» descenso. Va por la revancha.
En el caso del paraguayo Román -una supuesta debilidad de Daniel Passarella; hace dos años y medio lo fue a buscar a Asunción- Ramón Díaz le dijo que lo quería como «central» y el guaraní se mostró muy interesado en otra revancha. Contra Boca, fue una de las figuras.
La vuelta de Mauro Díaz, casi olvidado por el universo riverplatense tras su paso por Unión Española de Chile, eliminado por Boca en semifinales de la Copa Libertadores hace siete meses -última gran actuación de Juan Román Riquelme en el «xeneize» de Julio Falcioni- fue la apuesta, quizá más arriesgada.
Ramón Díaz le dió a diminuto Mauro Díaz -uno de los favoritos de Diego Simeone hace cuatro años- la condición de «conductor». El «enganche», 22 años, cumplió. Mauro sobresalió en inferiores de River -también jugó en Primera en el segundo ciclo de Leonardo Astrada- y fue superado como promesa por el zurdo Erik Lamela y el tucumano Roberto Pereyra, ambos transferidos a Europa, en el tiempo de Juan José López.
A los tres citados se puede agregar Cristián Ledesma, jugador «fetiche» de Ramón Díaz en River campeón del Clausura´02 y jugador decisivo en San Lorenzo 2007, dueño del medio de la cancha en el «azulgrana» que resultó campeón.
El «Lobo» relevó a Leonardo Ponzio en los movimientos del capitán. Especialmente, cuando subió Ponzio como en el primer gol, donde Leo estaba como un «10» clásico al tiempo de abrir el juego hacia la escalada de Leonel Vangioni. Antes de su centro perfecto para el cabezazo de Rodrigo Mora.