El Movimiento Evita responsabilizó al gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, y a la intendenta de Rosario, Mónica Fein, por el asesinato de Mercedes Delgado, militante social de un centro comunitario del barrio Ludueña, y por el ataque a tres de sus militantes, los hermanos Carlos y Ariel Ferreyra, y Gastón Arregui, este último herido de gravedad.
“A pocos días de cumplirse un año del brutal triple crimen en barrio Moreno -aún impune-, y luego de las permanentes denuncias que venimos realizando acerca de la presencia de sectores del narcotráfico en las zonas más vulnerables de la ciudad, abandonadas por el municipio, adonde al narcotráfico le molesta nuestro trabajo social, podemos decirlo sin riesgo de exagerar: Rosario es tierra de nadie”, detalló la organización en un comunicado.
Mercedes Delgado murió el miércoles a raíz de un balazo que recibió en el abdomen durante la noche del martes, cuando quedó en medio de un tiroteo entre dos bandas. Una situación similar se vivió el jueves en el barrio Nuevo Alberdi, donde los tres jóvenes militantes del Movimiento Evita quedaron en medio de un enfrentamiento a tiros de dos grupos vinculados a narcotraficantes.
Los agresores fueron identificados como «soldaditos», fuerzas de choque integradas por adolescentes marginales que son utilizados por los narcos para custodiar los territorios y saldar cuentas con bandas rivales.
Ariel Ferreyra, de 19 años, recibió un tiro en la rodilla. Carlos Arregui, en tanto, fue baleado en la espalda y en el brazo izquierdo, mientras que su hermano, Gastón, recibió un disparo en el cuello y quedó en grave estado.
El Movimiento Evita de Santa Fe denunció “la ausencia del Estado” y “la connivencia de parte de la fuerza de seguridad provincial” con los narcos.
“Cómo se explica, si no, que cada día se produzcan hechos de violencia producto del desembarco del narcotráfico en las barriadas rosarinas más vulnerables, sin la mínima participación de la policía, que debería proteger a los vecinos y a quienes desarrollan el trabajo social que municipio y provincia han abandonado por completo”, aseguraron en el comunicado.
No obstante, el gobernador Bonfati decidió mirar para el costado: «Desconozco la realidad de cada uno de los barrios de Rosario», se limitó a decir el mandatario provincial al ser consultado ayer por la prensa sobre los graves hechos, y agregó que no tiene por qué “conocer lo que está ocurriendo»
Bonfati se molestó cuando lo consultaron por las declaraciones de una funcionaria municipal rosarina, la directora de Salud Mental Débora Daniele, quien un día antes había admitido que el Estado perdió presencia en los barrios de esta ciudad.
«No lo comparto, creo que hay subjetividades en muchos de los que hacen expresiones», dijo el gobernador, y abundó: «No comparto lo que ha dicho ese psiquiatra, para nada».
El diputado bonaerense y dirigente del Movimiento Evita, Fernando «Chino» Navarro, consideró este sábado que «la indiferencia de gobierno santafesino termina siendo complicidad».
Navarro agregó que «la pasividad absoluta» del gobierno socialista hace que la situación en el Gran Rosario «sea mucho más grave de lo que puede pasar en cualquier otro barrio del país» y que «lo único que existe como barrera entre la droga y los pibes es la militancia».
«Hay cientos de casos como estos, con amenazas y golpizas a vecinos y comerciantes; ojalá se decidan a afrontar el problema del narcotráfico, y nosotros queremos colaborar», concluyó el legislador bonaerense.