Los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña desestimaron este domingo la más reciente iniciativa de paz propuesta por el presidente sirio, Bashar al-Assad, que busca poner fin al prolongado conflicto armado que vive su país desde febrero de 2011, y reiteraron el llamado internacional para que sea destituido por vía antidemocrática.
En primer lugar, la vocera del Departamento de Estado norteamericano, Victoria Nuland, rechazó el plan de paz alegando que «está alejado de la realidad”, socava los esfuerzos del representante especial conjunto, Lakhdar Brahimi, y favorece a la administración de Al-Assad.
“El Presidente busca aferrarse al poder y no hace nada para avanzar en el objetivo de los pueblo sirio de una transición política”, afirmó Nuland, en consonancia con la posición asumida previamente por los grupos terroristas que atentan diariamente contra la población civil.
La estadounidense también prometió seguir apoyando el marco del Grupo de Acción de Ginebra -cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad y la Asamblea general de las Naciones Unidas, más la Liga Árabe- en el cual se prevé una transición “encabezada por los sirios”.
En tanto, el primer ministro británico, David Cameron, reaccionó de manera similar y llamó al derrocamiento de Al-Assad, obligándolo a dimitir.
El canciller inglés, William Hague, citó a Cameron y criticó el discurso del jefe de Estado sirio, diciendo que “está lleno de promesas vacías que no engañan a nadie».
Precisamente, Estados Unidos y Gran Bretaña son dos de las naciones que Al-Assad acusa por “brindar apoyo a los criminales sanguinarios que están luchando contra el Gobierno sirio y asesinando al pueblo”.
En su discurso del día domingo, el Presidente presentó un plan de paz de tres puntos, el cual incluye un cese al fuego, un diálogo nacional integral sobre una «carta nacional» y el establecimiento de un Gobierno y un parlamento de amplio espectro.
En ese sentido, el Mandatario hizo un llamado a la conciencia de la oposición y reiteró que «para lograr la paz y la reconciliación, los grupos armados deben poner fin a los actos de terrorismo».
«El Gobierno quiere convocar un diálogo nacional amplio, pero ese diálogo no será sostenido con una marioneta de Occidente”, enfatizó, refiriéndose a la influencia de de Washington y Europa sobre los armados irregulares.
El proyecto de Al-Assad también contempla, en el marco de la formación de un gobierno nacional, un nuevo proceso electoral, una nueva Constitución y amnistía general a quienes no hayan cometido crímenes de guerra.
Horas antes, la oposición siria también rechazó la nueva propuesta de paz, tras afirmar que su verdadero objetivo es «sacar del poder al presidente Bashar al-Assad».