La Justicia española condenó a los pilotos argentinos Gustavo y Eduardo Juliá por encontrarlos culpables de buscar ingresar al país casi una tonelada de cocaína en un jet privado. Fue absuelto Matías Miret, quien había sido excarcelado el 11 de diciembre pasado. Los hermanos deberán pagar además una multa de 100 millones de euros cada uno.
La sentencia fue dictada por el juzgado de Instrucción 2 de El Prat de Llobregat, de la audiencia provincial de Barcelona. Además de la pena de prisión y la multa, la Justicia dictó a los hermanos Juliá, presos desde hace dos años en España, una inhabilitación absoluta por el tiempo de la condena.
La sentencia dictada contra los Juliá, hijos del exbrigadier José Juliá, jefe de la Fuerza Aérea del menemismo, es la misma que había solicitado el fiscal del caso el 5 de diciembre pasado durante la segunda audiencia del proceso en el que el abogado de los hermanos, Carlos Broitman, había requerido que se declarara nulo el debate oral por considerar que fue «irregular» la inspección del jet Bombardier realizada en el aeropuerto El Prat de Barcelona.
Ese día, la Guardia Civil española inspeccionó el avión y descubrió 944,5 kilos de cocaína ocultos en el interior del tapizado de un sofá cama y en los huecos de un armario refaccionado, tras lo cual detuvo a los tres tripulantes: los Juliá y Miret.
No obstante, el fiscal cuestionó el pedido de la defensa y pidió que los hermanos Juliá y Miret fueran condenados a 13 años de cárcel y al pago de una multa de 140 millones de euros. Según el fiscal, la cocaína incautada resulto ser de «una pureza media del 83 por ciento» y «hubiera alcanzado en el mercado clandestino un valor 32.116.778 euros», por lo que acusó a los tres imputados de cometer «un delito contra la salud pública en su modalidad de sustancias que causan grave daño a la salud, con la circunstancia de extrema gravedad por el uso de una aeronave como medio de transporte específico».