Javier De Luca, fiscal de la Cámara Federal de Casación Penal, fue uno de los firmantes de la solicitada “Una justicia legítima”, que promueve el Encuentro Nacional de la Magistratura que se realizará los días 27 y 28 de febrero en la Biblioteca Nacional.
«Hay un espíritu común en todos los firmantes que tiene que ver con la necesidad de ponerle fin a una forma de ejercer el poder», de terminar con “una forma de hacer justicia”, afirmó De Luca.
El fiscal explicó que «estamos un poco hastiados de que solamente se vea una forma de administración de justicia” porque “somos muchísimos magistrados y funcionarios que pensamos que la justicia tiene que ser más abierta y tiene resolver los problemas de la gente de carne y hueso y no estar viendo lo que se resuelve de acuerdo a los tiempos políticos que vive el país”.
“El ejercicio del poder judicial en democracia es escuchar las partes, recibir sus reclamos y resolver jurídicamente; no esquivarle a los problemas”, completó.
Para De Luca “hay que transparentar las discusiones y darles pelea” como “forma de contener los reclamos sociales, institucionales, políticos y de cualquier orden”.
El fiscal cuestionó lo que entiende como “una concepción del poder judicial de no resolver los problemas de fondo” y afirmó que esa concepción “se vale de sus propias reglas que han sido creadas con tiempos procesales para otro momento del país”.
“Si uno está seguro de lo que tiene que resolver no tiene que importarle quién lo apure. Ni el Poder Ejecutivo ni un grupo económico”, sentenció De Luca.
Para graficar su posición, el funcionario judicial recordó que “en menos de un año 6 jueces, sin computadoras, con 10 secretarios letrados de 25 años y algunos oficiales primeros, hicieron el juicio a las Juntas Militares y no pararon los trámites de las causas comunes
“Entonces, ¿cómo puede durar tres años una medida cautelar?”, se preguntó en referencia al Grupo Clarín y la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, para luego responder: “Esta es la diferencia entre una justicia que sirve a la comunidad y una justicia encriptada”.