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«Al margen de lo duro de vivir esto, celebro poder estar haciéndolo porque es el camino que inició mi abuela Matilda y todas las Abuelas en busca de justicia», dijo Gonçálves a Télam, a un día de escuchar el veredicto del Tribunal Oral Federal de Rosario que juzga por crímenes de lesa humanidad a los militares Manuel Fernando Saint Amant, Antonio Bossie, y al jefe de la Delegación de la Policía Federal de San Nicolás, Jorge Muñoz.
Gonçálves es hijo de Gastón Roberto José Gonçálves y de Ana María del Carmen Granada, ambos militantes de la JP-Montoneros en el partido bonaerense de Escobar, perseguidos desde antes del último golpe cívico militar.
Su padre, Gastón, desapareció el mismo 24 de marzo de 1976 y por su desaparición y otros delitos de lesa humanidad, fue condenado el ex intendente de Escobar Luis Patti a prisión perpetua el 14 de abril del año pasado, con Gonçálves como uno de los querellantes en la causa.
En julio de este año, el Tribunal Oral Federal 2 de Rosario comenzó a juzgar en tres causas crímenes de lesa humanidad cometidos en esa ciudad, una de las cuales es la conocida como `Masacre de la calle Juan B. Justo´, donde un operativo de fuerzas conjuntas del Ejército, la policía Federal y la policía bonaerense irrumpió en la casa donde se encontraba la mamá de Manuel y un matrimonio junto a sus dos hijos pequeños, asesinándolos.
En la casa, envuelto en un colchón dentro de un placar y protegido por su madre de los gases lacrimógenos, Manuel Gonçálves fue el único sobreviviente.
Fue adoptado ilegalmente por una familia y creció con el falso nombre de Claudio Novoa hasta que, gracias a la acción de Abuelas de Plaza de Mayo, conoció su verdadera identidad en 1997.
«Desde entonces me tocan vivir situaciones complejas, pero son las que elegí para poder saber más de mí y de mi familia», señaló el nieto restituido al resaltar el apoyo que recibió de los vecinos de San Nicolás que colaboraron en la reconstrucción de los hechos y dieron su testimonio ante la justicia.
Ante un nuevo fallo reparador, Gonçálves recuerda que aún resta por recorrer el camino judicial para llegar a la verdad con la causa que investiga su adopción irregular y que «sigue encajonada ante el juzgado de Carlos Villafuerte Ruzo».