El 2012 ya no tendrá actividad futbolística de Primera División, en la tarde del domingo se disputaron los últimos noventa minutos y el esférico dejó de rodar por el verde césped. Mientras que algunos conjuntos ratificaron su lote de animadores en la lucha por obtener la corona, otros revalidaron la peor imagen. El compromiso directo con el descenso sigue vigente en muchas instituciones y otras vuelven a intentar para acabar sin consumar.
El segundo semestre tuvo como vencedor a Vélez Sarsfield, con el estilo característico de Ricardo Gareca los de Villa Luro se hicieron fuertes para dar una nueva vuelta olímpica. Se sobrepusieron a las salidas de jugadores claves para consagrarse con una nueva alineación inicial en la que estuvo el goleador del campeonato, Facundo Ferreyra. A lo largo del año el Fortín demostró porque es uno de los mejores equipos del continente, acabó tercero a cinco unidades de Arsenal de Sarandí en el Clausura, en la Libertadores accedió a cuartos de final y luego alcanzó el decimocuarto triunfo en su historia.
Así como los de la V Azulada se mantiene en los primeros puestos, la misma suerte corrió Tigre y el Arse este año. Los del norte de Buenos Aires fueron subcampeones primero y ahora se encuentran en la final de la Copa Sudamericana a la espera del segundo encuentro. Si bien el andar en el certamen doméstico deja mucho que desear, los de Néstor Gorosito apuntaron al certamen internacional y están a un paso de ingresar en la historia de la CONMEBOL. Los de Sarandí, en sus primeros diez años en la elite nacional, cerraron su mejor campaña. Al título obtenido en el primer semestre le sumaron la Supercopa Argentina el pasado 7 de noviembre. Dos de los llamados equipos chicos demostraron un orden dirigencial que se reflejo en sus conjuntos para realizar un 2012 de ensueño.
Distinta es la realidad de otras instituciones nacionales que pertenecen al grupo denominado como Grandes. Tanto San Lorenzo de Almagro, Independiente, Racing Club y River Plate no lograron acabar con su historia reciente y se mantienen fuera de la lucha más dulce de todas. El Ciclón y el Rojo son dos de los protagonistas en la pelea por no descender a la B Nacional. Si bien los de Juan Antonio Pizzi ganaron aire al triunfar en cuatro encuentros al hilo, la realidad los encuentra con la calculadora en mano para engrosar su promedio. La situación de los de Avellaneda es mucho más delicada, con incorporaciones de todo tipo y dos cuerpos técnicos, pasaran las vacaciones en descenso directo. El Diablo sigue siendo un equipo apático, que no logra consumar dos pases seguidos ni llegar al arco rival. Américo Gallego será, quizás, quien tenga el trabajo más duro de todos los entrenadores, realizar que sus jugadores toquen el esférico entre si y hacía la portería del contrincante.
El presente de la Academia y del Millonario no es tan malo como el de los otros dos grandes, sin embargo los equipos no encontraron un esquema de juego que defender fin de semana tras otro y finalizaron el 2012 sin pertenecer al debate por la corona. Uno movió el mercado, el otro mantuvo una base y sumo buenos jugadores en algunos puestos claves para tratar de ser uno de los protagonistas. A pesar de ello no llegaron a considerarse como serios contendientes en ningún momento, las intenciones no alcanzaron y perdieron puntos en momentos importantes que los llevaron a jugar solo para cumplir con el calendario y sumar unidades.
El 2012 acabó y los equipos nacionales lo cerraron de la misma manera como lo comenzaron. Nada cambió en los doce meses y la historia en la Primera División sigue siendo la misma, unos pocos buenos clubes luchan por el título. Otros, sumergidos en su desorden institucional, tratan de dar el batacazo o de mantener la categoría.