Por Nadia Valdez | El policía David Ramón Benítez, acusado por el asesinato del futbolista Lautaro Bugatto, fue excarcelado la semana pasada tras una resolución de la Sala II de la Cámara de Apelaciones y Garantías de Lomas de Zamora.
En su fallo, el tribunal fundamentó que el efectivo “no presenta antecedentes penales y que no hay peligro de fuga ni entorpecimiento de la causa”.
Se trata de la misma sala que ya había beneficiado a Benítez en septiembre pasado con un cambio de carátula que morigeró su imputación a “homicidio con exceso cometido en legítima defensa”, un delito excarcelable.
El hermano de la víctima, Gonzalo Bugatto, dijo a AgePeBA que toda su familia está “profundamente dolida” por las continuas muestras de parcialidad judicial que aparecen en este y en otros casos de gatillo fácil de la Bonaerense.
“Lo que no logra la corporación policial, lo hace un tribunal nefasto”, dijo al manifestar su repudio a la decisión de la Cámara lomense.
Bugatto también hizo énfasis en su disconformidad con la investigación del caso. En este sentido, denunció que los archivos y las conclusiones están mal redactados y se pasaron por alto diversas irregularidades cometidas por los peritos en la escena del crimen.
“Se muestra tanto desinterés por la víctima… así como desatenciones gravísimas que no nos da ninguna garantía de justicia”, dijo al considerar que esta situación está “naturalizada” por el autogobierno policial y la complicidad judicial.
“La liberación de Benítez demuestra que la Policía Bonaerense tiene garantías por parte de la Justicia para cometer actos criminales y violentos, porque saben que esos actos van a quedar impunes. Si las penas fueran otras, el comportamiento de los efectivos cambiaría. Pero, lamentablemente, la impunidad es grandísima”, sostuvo Bugatto.
A pesar de todo esto, el joven adelantó que su familia seguirá peleando “con más fuerza que nunca” para visibilizar el caso y tratar de revertir el fallo de la Cámara de Apelaciones.
Lautaro Bugatto fue asesinado en la madrugada del 6 de mayo último, al recibir un disparo que le perforó un pulmón cuando se encontraba en la puerta de su casa de Burzaco.
Benítez, que estaba de franco, tiró con su arma reglamentaria al intentar evitar el robo de una moto en la que viajaban su hija y su hermana, según consta en su declaración.
Las pericias confirmaron luego que una de las balas del arma de Benítez fue la que mató al joven futbolista de Banfield.
El policía fue imputado en un principio por “homicidio agravado por el uso de arma”, que prevé una pena de hasta 25 años, pero poco después la Cámara de Apelaciones cambió la carátula a “homicidio cometido en exceso de legítima defensa”, delito penado con 6 meses a 5 años de prisión. Fue el paso previo para dejarlo en libertad a la espera del juicio oral.