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María Ovando consideró que “se hizo justicia” cuando el Tribunal Penal nº 1 de Eldorado dispuso su inmediata libertad, luego de haber permanecido un año y medio en prisión por la muerte de una de sus hijas.
«Ahora mi hija descansa en paz», manifestó emocionada la mujer de 37 años, luego de ser absuelta. Además, agradeció a «todos los que me apoyan» y contó que en su casa la esperan sus padres e hijos, a quienes espera poder ver porque «hace rato que no estoy con ellos».
«No creía que iba a quedar libre porque estaba presa y perdí todo lo que tenía, y lo que más esperaba era mi libertad», señaló en la sala de tribunales, luego de conocerse la absolución.
Por otra parte, Ovando señaló que: «Me duele lo que pasó, no era justo lo que me decían, eran mentiras».
En tanto, la mujer dijo a los medios de prensa que se quiere ir a vivir a Posadas, porque «no quiero vivir más donde estuve porque hay mucho maltrato».
«Sufrí mucho para mantenerlos a mis hijos, pasé hambre, golpizas, mi casa era chica, muy chiquita, pero igual crié a todos mis hijos», dijo antes de que el tribunal informó su decisión.
La mujer era juzgada desde el lunes 19 de noviembre y ayer la defensa solicitó la nulidad del juicio o la absolución, mientras que la fiscalía solicitó una condena de cinco años, por la muerte de una de sus hijas.
El caso mantenía expectantes a organismos de la comunidad y dirigentes, que pidieron su absolución a través de la recolección de 20.000 firmas.
En marzo de 2011, Carolina, de 3 años, la anteúltima hija de los 12 que tuvo Ovando, comenzó a quejarse por fuertes dolores de estómago, por lo que la madre la llevó en brazos intentando llegar a un centro de salud.
Cerca de la ruta 12, distante 5 kilómetros de su casa ubicada en el paraje Puerto Mado, la niña murió y la mujer la enterró.
El informe presentado por la Defensoría General de la Nación definió a Ovando como «mujer, madre adolescente, familia numerosa, desempleada, sin escolarización, víctima de violencia de género, y humilde».