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Por Javier Martínez Zuviría / La Engraulis es una variedad de anchoa que habita el Océano Atlántico sur, desde San Pablo hasta la Patagonia. Vive a unos 800 kilómetros de la costa y su pesca se realiza entre los meses de septiembre y noviembre.
Engraulis se llamaba también la fábrica creada en 1974 por empresarios españoles en la ciudad de Quequén. Procesaban anchoas en varias modalidades y sus productos se exportaban a Japón, Canadá e Italia. Pero en el año 2011 los empresarios decidieron que la fábrica ya no era rentable y resolvieron cerrarla.
“Los antiguos dueños se fueron a España y nunca volvieron –dice Analía Morino, una de las operarias de la fábrica-. Trabajaban desde 1974 y nunca habían tenido problemas. De pronto, supuestamente no les daban los números. Querían ganar mucha plata. No rebajaban ni un peso a ningún comprador.”
Del total de trabajadores que tenía la empresa, hubo 20 que se quedaron a resistir el desalojo. “Éramos ciento veinte, sesenta temporarios y el resto efectivos –recuerda Analía-. Después el grupo se dividió porque había algunos que querían trabajar con los patrones como cooperativa trucha. Ellos les iban a pagar por semana. Y la otra mitad, que éramos un poco menos, no aceptamos. Finalmente ganamos los que queríamos un trabajo digno.”
La empresa envió un camión para que levantara todos los tambores de pesca, pero los mismos trabajadores, casi todas mujeres, se pusieron en la puerta y evitaron que entrara. Se quedaron en la fábrica y resolvieron empezar los trámites para constituirse en cooperativa. El municipio de Necochea los acompañó y los ayudó a contactarse con el INAES, que fue a visitarlos en enero de este año. Tuvieron una charla y en abril iniciaron los trámites, que concluyeron el 27 de septiembre cuando recibieron la matrícula.
A partir de ahí la fábrica comenzó a funcionar como cooperativa tomando parte del antiguo nombre. Ahora es “Cooperativa de Trabajo Engraucoop Ltda.” y envasa anchoas con la marca “Engrau-Coop”. Sus productos, debidamente etiquetados, se venden en los supermercados Toledo, Vea, Cooperativa Obrera, Primer Precio, Pájaro Azul, Nogal Dorado. También venden en los eventos y fiestas que se hacen en el municipio.
Cuando llega la anchoa, entre septiembre y noviembre comienzan a procesarla. La ponen en sal y la dejan macerar entre seis y siete meses; luego la cortan en filetes y la envasan en frasquitos. Son veinte familias que viven de lo que produce la fábrica.
“De acá no nos vamos a ir –afirma Analía-. En agosto del 2011 no quedamos solos, sin patrones, nos abandonaron a la suerte de Dios y no nos pagaron la indemnización. Ahora lo que recaudamos lo repartimos, pero antes dejamos caja para comprar insumos o para arreglar alguna máquina. Los costos están ajustados, pero todavía no alcanza para vivir. Igual no vamos a aflojar, vamos a seguir adelante.”
Engraucoop Ltda. queda en la Calle 517, número 2015, de la ciudad de Quequén. Entre sus cooperativistas la mayoría son mujeres que, cuando no están en la fábrica procesando la anchoa, se las puede ver en alguna feria vendiendo ellas mismas sus productos. Su intención es que esta actividad que involucra a las comunidades de Quequén y Necochea, alcance trascendencia nacional y, en lo posible, algún día pueda volver a la exportación.
Junto a estos objetivos, hay una vocación que no van a traicionar y así lo dicen: “Cumpliremos nuestro sueño colmado de valores y principios porque poseemos el capital humano como principal herramienta y nos acompañan el conocimiento técnico y la capacidad laboral para realizarlo. También contamos con el apoyo del INAES y de FECOOTRA, apostando al desarrollo local y sectorial de una economía solidaria para todos.”