Mirtha Legrand, la misma que en 1978 se escandalizaba en sus almuerzos televisivos por los “ataques” que recibía la dictadura desde el exterior por las violaciones a los derechos humanos, acusó a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de enojarse con los que protestan, no escuchar “a la gente” y no dialogar.
La actriz y conductora televisiva manifestó luego en Radio 10 que, a pesar de ello, “Cristina ganaría otra vez las elecciones porque hay más pobres que ricos».
“Los pobres votan a Cristina”, insistió con cierto desprecio, aunque en ningún momento del reportaje Legrand se refirió a las políticas inclusivas del gobierno nacional, enfocadas a quienes viven en condiciones de pobreza e indigencia.
Antes del cacerolazo del 8 de noviembre la conductora había dicho que la asustaba que “la gente tenga miedo, la gente que va a decir algo en contra del Gobierno” y agregó que “mientras hago estos comentarios, pienso si habrá algún revanchismo, si me mandarán a la AFIP inmediatamente o me investigarán”.
En la entrevista radial de hoy volvió a referirse al «8N”, al que consideró “un reclamo de la clase media que salió a reclamar un cambio en el Gobierno” y también respaldó el paro extorsivo de Hugo Moyano y Pablo Micheli.
Las declaraciones de la conductora televisiva apuntaron en la misma dirección que las del dueño del diario La Nación, Bartolomé Mitre, quien la semana pasada le dijo a un medio brasileño que la “clase baja no toma conciencia y sigue a la Presidenta”.
“Hay una elite de este país que piensa de una manera y una clase baja que no se informa, no escucha, no toma conciencia y sigue a la Presidenta. Cuanto menos cultura hay, Cristina obtiene más votos”, sostuvo Mitre.
Al conocerse esas declaraciones, el cura en opción por los pobres Eduardo de la Serna le respondió: “Mitre tiene un profundísimo desprecio por los pobres”.
De la Serna señaló que esos comentarios del empresario de medios “denotan un profundo desprecio por quien no piensa como él” y que lo muestran como alguien que “estaría de acuerdo con el voto calificado”.
Hoy, Mirtha Legrand, con su aire aristocrático, una vez más se colocó en la vereda del desprecio por la democracia y las clases populares.