La manifestación fue parte de la huelga decretada hace casi dos semanas por los mil 600 afiliados al sindicato de la red de salud de la universidad, por diferencias profundas entre las demandas de los empleados y la oferta de la administración del centro asistencial.
Los ejecutivos solo están dispuestos a aceptar 1,6 por ciento de reajuste salarial, cifra considerada insuficiente por el gremio, en comparación con el alza aceptada en otros centros asistenciales, que ha oscilado del cuatro al cinco por ciento.
En la mañana de este martes, unos 200 trabajadores con bombos y silbatos se tendieron en un sector de la arteria capitalina, obstruyendo líneas de tránsito para los ómnibus.
A diferencia de la protesta del lunes, cuando muchos huelguistas se manifestaron en ropa interior, hoy algunos participantes simularon estar crucificados como Cristo, con túnica y capucha.
La protesta fue dispersada por fuerzas especiales de la policía de Carabineros, que arremetieron con chorros de agua y detuvieron a ocho trabajadores, entre ellos el presidente del sindicato, Miguel Antileo, según informaron medios de prensa locales.