Esta tarde-noche Independiente se jugaba la chance de poder salir del descenso directo por primera vez en el certamen, lo lograría siempre que triunfe. Enfrente tenía nada más y nada menos que a la revelación del campeonato, Belgrano de Córdoba, que de obtener los tres puntos se ubicaría como único escolta de Vélez Sarsfield.
El encuentro comenzó con el estilo que mejor le sienta al Pirata cordobés, friccionado, luchado en el mediocampo. Pero de esa fricción, ninguno de los dos lograba convertirse en el claro dominador del trámite. Sin embargo la visita llegó al gol gracias a Jorge Velázquez que quebró la guardia de Hilario Navarro y puso el uno a cero favorable para la revelación del Torneo Eva Perón – Copa Evita Capitana.
Cuando todo se debía iniciar con la segunda etapa, aparecieron los barrabravas de Independiente para escribir una nueva página en la historia negra del fútbol. Desde el sector de los violentos cayó una bomba de estruendo cerca de la humanidad de Juan Carlos Olave, al instante una segunda estalló al lado del arquero. Producto de los estallidos el portero quedo aturdido y Saúl Laverni, árbitro del encuentro, decidió suspender el partido.
Antes de comenzar con los últimos 45 minutos de juego, cuando el Rojo buscaría acortar la escasa diferencia de un gol para luego ganar el partido y cumplir con su objetivo, se produjo el hecho lamentable. Mientras algunos se retiraban del estadio, los hinchas genuinos de Independiente comenzaron a cantar en contra de los violentos y a favor de la dirigencia que mantiene una larga lucha contra el sector agresor.
Hoy Independiente perdió la chance de salir del descenso directo gracias al accionar de un grupo de individuos que poco le interesa el futuro de su institución.