Durante una reunión con sus pares europeos en Bruselas, Schuble consideró muy ambicioso pretender que Atenas cumpla para 2020 con sus pagos, en medio de la fuerte crisis que atraviesa y en un contexto mundial desfavorable.
La fecha fijada para que el endeudamiento de Grecia se sitúe en un nivel, hasta cierto punto soportable, de un 120 por ciento de su producto interno bruto, podría ejercer demasiada presión sobre ese país, expresó.
Los ministros de Finanzas de la Unión Europea abordaron la víspera la posibilidad de postergar los plazos para que la deuda de la nación helénica sea considerada sostenible.
Al respecto, el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, indicó que el debate para retrasar ese margen a 2022 esta abierto.
Tanto Schuble como Juncker coinciden en que a Grecia se le debe conceder dos años más para que cumpla con sus compromisos.
No obstante, ese plazo es considerado inadecuado por la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, entidad que junto al Banco Central Europeo y la Comisión Europea son acreedoras de Grecia.
La troika, como se le denomina a ese grupo, estima que Atenas necesitará implementar medidas valoradas en unos 20 mil 700 millones de euros para alcanzar sus objetivos financieros originales para el período 2013-2014, en caso de no otorgársele una extensión.
Por el momento, el Parlamento griego aprobó el pasado domingo el presupuesto para 2013, que incluye severos recortes exigidos por los organismos financieros internacionales a fin de desbloquear los fondos de emergencia.
Esos préstamos fueron retenidos luego que Grecia -según sus acreedores- no cumpliera con las reformas y los recortes presupuestarios prometidos.