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Por José Luis Ponsico / El partido de ayer mostró a River con habitual falta de «conductor». Lo que el año pasado en el Nacional B era Alejandro Domínguez -luego tuvo una merma- y hasta fugazmente el venezolano César González, en los dos o tres mejores partidos del equipo de Matías Almeyda. En más de 50 encuentros. Sumando ambos torneos.
Rodrigo Mora, nacido en Rivera, 500 kilómetros de Montevideo, es bajito y encarador. Además, tiene cosas de Antonio Alzamendi -hace treinta años llegaba a River y luego repitió en el´87, goleador en dos ciclos- y del chileno Marcelo Salas, aunque éste zurdo clásico. Esto es, el estilo del goleador. Encarando siempre, utilizando la diagonal y la gambeta larga ante el arquero rival.
River ante el disminuído Unión -17 partidos sin ganar sumando los últimos dos torneos- ubicado último en el Inicial, el local exhibió juego carente de ingenio en tres cuartos de canchas. Sin Leonardo Ponzio, temperamento y capacidad para cortar y salir, su mejor jugador, el equpo del «Pelado» Almeyda no podía sorprender.
Sin precisión en los pases del último tramo -Cristián Ledesma de buen manejo pero estático- los laterales sin llegada al fondo, River dependió de las subidas de otro uruguayo, Carlos Sánchez y la sagacidad de Mora. Los dos «puntas» Carlos Luna y Rogelio Funes Mori, aborbidos por la defensa «tatengue» y jugando de espaldas.
Faltando un minuto para concluir el primer tiempo, Sánchez -lo hizo muchas veces en el Nacional B para David Trezeguet- escaló por derecha, frenó, miró y «puso» la pelota a la entrada de Mora, al punto del penal. El atacante oriental con un «arabesco», alcanzó a darle de derecha, «mordido» y cruzado. El 1 a 0.
Mora no tuvo una tarde de gran rendimiento. Alternó buenas con malas -en el primer tiempo estando el partido 0-0 quedó en posición de remate por izquierda y le dió muy mal- pero exhibe el oficio del buen delantero. El desmarque, viveza para ubicarse a espaldas del defensor adversario.
En el segundo gol, el «Chino» Luna cortó una pelota mal jugada por defensores de Unión avanzó por el medio y lo dejó solo al atacante uruguayo. Mora, sin querer, tocó la pelota con derecha cuando le iba a dar de zurda. River debe pagar los 4 millones de euros para adquirirlo y a esta altura es la mejor adquisición de la temporada.
Pareció una imprecisión que le sirvió para desorientar al arquero Martín Perafán. El ex Defensa y Justicia, quedó indefenso por lo insperado. Mora se abrió hacia la izquierda y definió como Marcelo Salas. El camino a una virtual idolatría es largo. Los dos uruguayos que están en el «olimpo riverplatense» son Wálter Gómez y Enzo Francéscoli.