La decisión adoptada por el gobierno cubano fue difundida hoy por el diario Granma y pretende estimular la calidad de los servicios y ser una fuente de trabajo alternativa.
La medida, que se pondrá en marcha «de manera gradual», prevé permitir inicialmente el arrendamiento de restaurantes y cafeterías con plantillas de hasta cinco trabajadores.
«El nuevo modelo pretende estimular la calidad de los servicios en la gastronomía» y constituye «una fuente de trabajo alternativa», señaló Granma.
Las nuevas disposiciones entrarán en vigencia el 1 de diciembre y se aplicarán -en su faz inicial- en las provincias de Artemisa, Villa Clara y Ciego de Avila, destacó la agencia DPA.
El gobierno de Raúl Castro realiza desde hace varios años reformas para «actualizar» el modelo económico cubano con elementos de mercado.
Las medidas incluyeron -el año pasado- la liberalización parcial de los mercados automotor e inmobiliario, antes bajo monopolio estatal, y la ampliación del trabajo por cuenta propia, el llamado «cuentapropismo».
La apertura a la iniciativa privada dio paso a una eclosión de restaurantes que funcionan en casas particulares en los últimos años.
Además de los llamados «paladares», el Estado cubano permite también la gestión privada de peluquerías, un sector en el que ya arriendan locales estatales.
Con las reformas, el gobierno de Raúl Castro espera incentivar la creación de empleo para descargar al inflado sector estatal. La Habana anunció hace dos años el recorte de medio millón de empleos en el sector público.
Según cifras de mediados de este año, casi 390.000 personas están registradas ya como «cuentapropistas» en la mayor de las Antillas.
Muchos de ellos, sin embargo, son jubilados o trabajadores con varios empleos. El sueldo medio estatal ronda los 20 ó 30 dólares mensuales al cambio en Cuba.
La flexibilización para la iniciativa privada ha creado también cierto descontento entre profesionales y otros trabajadores de alta calificación, que no pueden prestar servicios por cuenta propia.