«Tenemos hoy la doble responsabilidad de hacer el mejor gobierno de la etapa republicana, que haya conocido el pueblo; y de consolidar el partido para que se siga construyendo en forma ordenada», sostuvo el fin de semana último ante una concentración de sus partidarios.
Humala celebró así junto a su esposa, Nadine Heredia, el decimo segundo aniversario de la llamada gesta democrática de Locumba, localidad del sur del país en la que en 2000 encabezó una rebelión simbólica e incruenta contra el gobierno de Alberto Fujimori, que vivía su fase terminal.
El acto conmemoró además, en la localidad de Huarochirí, en la región Lima, el séptimo aniversario de la entrada formal a la política del actual mandatario, con la fundación en 2005 del Partido Nacionalista. Dijo estar dedicado a trabajar con mucho esfuerzo para llevar la Gran Transformación -su proyecto primigenio- a todo el país y generar mayores oportunidades a los ciudadanos menos favorecidos, a fin de vencer la desigualdad y la pobreza.
Se refirió a los «muchos candados» que han dificultado su gestión, después de la corrupción de regímenes anteriores, obstáculos que impedían determinadas acciones y que está superando lentamente para transformar al país.
«Para resolver los problemas tenemos que desatar nudos, romper intereses particulares y económicos que quieren que el Perú siga así», aseveró el mandatario, al que una encuesta de la empresa GfK asigna una aprobación de 39 por ciento.
Destacó los programas sociales puestos en marcha o renovados por su gobierno, como sus principales logros y como tareas pendientes se refirió a la falta de servicios básicos.
También se refirió a la necesidad de educación, salud e infraestructura, postergada por décadas, y que ha sido un instrumento de exclusión social y que hay que vencer.