A casi dos meses de la brutal golpiza con palos y matafuegos que sufrieron varios jóvenes recluidos en el Instituto Almafuerte, el secretario de Niñez y Adolescencia de la Provincia, Pablo Navarro, fue recibido esta tarde por los senadores que integran las comisiones de Derechos Humanos y Garantías y la de Niñez, Adolescencia y Familia.
Navarro concurrió junto al director de Gestión y Asistencia Técnica, Sebastián Gastelu; el director de Institutos Penales, Carlos Lucia; y la directora Provincial de Programas y Promoción Comunitaria, Gladys Pestillo, entre otros funcionarios.
“Lo convocamos porque queremos escuchar sus explicaciones y poder consultarlo sobre lo que consideramos que se debe corregir. Esto aporta a mejorar el sistema democrático y de pluralidad”, aseguró el senador Santiago Carreras, quien preside la Comisión de Derechos Humanos y el mes pasado encabezó una visita sorpresa al Almafuerte.
El legislador agregó que la idea es trabajar “en conjunto con todas las fuerzas y en coordinación con el Ejecutivo para evitar situaciones que no respeten los derechos humanos”.
Navarro fue indagado sobre las irregularidades detectadas durante la visita que realizó la Comisión de Derechos Humanos al Almafuerte, donde un grupo de jóvenes denunció haber recibido una brutal golpiza por parte del personal de guardia el 2 de septiembre último.
El secretario de Niñez y Adolescencia reconoció la dificultad que supone “terminar con un sistema que tiene muchos años” y aseveró que todos los involucrados en el hecho de violencia institucional fueron apartados y tiene realizados los sumarios correspondientes.
La jornada fue coordinada por Carreras junto a la titular de la Comisión de Niñez, Adolescencia y Familia, la senadora Cristina Di Rado, quienes escucharon a Navarro y a su equipo técnico junto a los senadores María Isabel Gainza, Silvia Pérez, Leonor Granados, Patricia Segovia, Marina Moretti y Juan Carlos Simón.
Navarro destacó que “en los últimos 3 años hemos reducido de 2.000 a 1.300 la cantidad de jóvenes en situación de encierro”.
“Aquel famoso Patronato fue el ejemplo de lo peor del neoliberalismo, donde había un formato de joven encerrado y recluido, sin posibilidad de interacción ni reinclusión”, sostuvo.
Por otra parte, negó que haya retraso en el pago de becas para las organizaciones no gubernamentales que contribuyen en el Sistema de Promoción y Protección Integral de Derechos del Niño.
El Instituto Almafuerte guarda un historial oscuro de violencia institucional. Denuncias de torturas, vulneración de los derechos básicos, intervenciones y pedidos de cierre, han sido moneda corriente en un establecimiento que aún guarda los peores resabios del sistema de Patronato.
A principios de este año, a partir de un hábeas corpus presentado por el defensor oficial del Fuero Penal de Menores, Ricardo Berenguer, la jueza Blanca Lasca ordenó la prohibición de ingreso de nuevos jóvenes al instituto cerrado y una multa al responsable del área, Pablo Navarro, hasta tanto no se revierta la situación, al constatar que los chicos pasaban la mayoría del tiempo encerrados en pequeñas celdas individuales y con escasas actividades educativas, deportivas y de recreación.