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El testigo clave en la causa por el crimen de Mariano Ferreyra, Alfonso Severo, apareció esta noche sano y salvo, en Gerli, partido de Avellaneda.
Las primeras informaciones dan cuenta que Severo fue secuestrado, golpeado y maniatado con precintos de plástico y que luego fue liberado cerca de una remisería de la zona, en la calle Clemenciau al 50.
Su familia informó que «tenía muchos golpes», aunque en este momento se encuentra en buen estado de salud. Recibía atención médica en el hospital Finochietto.
Marcelo Ramal, dirigente del Partido Obrero, dijo en declaraciones televisivas que se trata de “una gran noticia” porque “nos da confianza para seguir adelante en un juicio que no debe sufrir más piedras en el camino. Reclamamos que todas las responsabilidades sean castigadas”.
“La enorme respuesta de la opinión pública, seguramente, sirvió para que los secuestradores dieran marcha atrás”, sostuvo el dirigente.
Severo, de 54 años, desapareció anoche cuando a bordo de su automóvil dijo dirigirse a visitar a su nieto y nunca llegó a destino, lo que motivó la alarma y el comienzo de la búsqueda.
La primera denuncia fue realizada esta madrugada por su esposa en la Comisaría 6ta. de la localidad de Gerli y luego pasó a la DDI de Lomas de Zamora. La investigación quedó a cargo de la UFI N°3 de Avellaneda, Departamento Judicial Lomas de Zamora.
El testigo debía declarar este mediodía en los tribunales que investigan el crimen de Mariano Ferreyra. Aunque no fue testigo directo de los hechos ocurridos el 20 de octubre de 2010, cuando asesinaron al joven militante del Partido Obrero, trabajó en Ferrobaires y tuvo conocimiento de los manejos internos del sector.
Tanto en 2009 como en 2010, Severo había sufrido amenazas y agresiones por parte de la conducción de la empresa, según indicaron distintas fuentes.