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En un nuevo comunicado desde la cárcel de Angol, tras más de un mes sin ingerir alimentos, los reos prometen que seguirán luchando a pesar de las cadenas y de que sus cuerpos comienzan a debilitarse.
«Hemos aprendido que vale la pena perder la vida en una lucha estando dignamente de pie que resignarnos a una muerte de rodillas por miedo a luchar por lo que creemos y amamos: la tierra», señala el texto.
Erick Montoya, Rodrigo Montoya, Paulino Levipan y Daniel Levinao permanecen recluidos en la cárcel de Angol y exigen que la Corte Suprema de Justicia revise las condenas.
Los dos últimos fueron sentenciados en agosto último a 10 años y un día de presidio por el delito de homicidio frustrado a Carabineros en actos de servicio y a 541 días de presidio por porte ilegal de arma de fuego.
Además de la revisión de sus causas por la Corte Suprema y la anulación de sus condenas, con su huelga de hambre los reos reclaman que no haya más testigos protegidos y fin a los montajes político- judiciales contra los comuneros.
En el comunicado de este lunes, agradecieron las manifestaciones de apoyo de los mapuches en diferentes regiones del país, que también «han compartido junto a nosotros la violencia que ejerce Carabineros, la persecución y también la detención».
Asimismo, destacan los deseos de la comunidad indígena de hacer retroceder un Estado injusto que no quiere solucionar los problemas de fondo que tienen los indígenas Mapuche y que sólo lo reduce a dinero sus necesidades de existencia como pueblo nación libre.
Con la huelga de hambre, los reos también demandan la desmilitarización inmediata del territorio mapuche, no más torturas a niños, mujeres y ancianos en los allanamientos contra las comunidades y libertad a todos los presos políticos mapuches.