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El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, quien trata de sumar dirigentes a su armado político de cara a las elecciones de 2015, buscó un poco de color para la foto con el intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, y el recién incorporado Gustavo Posse, jefe comunal de San Isidro.
Por eso, eligió ayer como marco la Fiesta Nacional de la Flor, en Escobar, donde también posaron el intendente de Vicente López, Jorge Macri, y el ministro de Justicia porteño, Guillermo Montenegro.
«Hay un futuro prometedor para nuestros hijos. Pero para alcanzarlo tenemos que armar una alternativa real de poder», explicó Mauricio Macri, aunque evitó hacer referencia al conflicto con los estudiantes secundarios porteños que se agudiza cada días más.
Sin embargo, la mayor paradoja surgió de la boca del propio Cariglino, quien aseguró que «nos unimos porque nos preocupa la agresividad de la presidenta Cristina Fernández».
El intendente de Malvinas Argentinas enfrenta graves denuncias por golpizas a periodistas y familiares de casos de mala praxis en hospitales de su distrito. También se lo vincula con el asesinato de Walter Navarro, un enfermero que había revelado irregularidades en el manejo municipal de la Salud.
Las patotas que agredieron a periodistas nacionales y locales el pasado 5 de junio, mientras cubrían uno de esos casos de mala praxis que terminó con la muerte de una niña, están al servicio de Cariglino.
El diario Tiempo Argentino publicó el domingo pasado el listado de los agresores, cuatro de ellos tienen relación laboral con el municipio. El patotero más reconocido es Horacio Pérez, alias «Terremoto», quien figura como empleado administrativo en la delegación Grand Bourg Norte.
Según precisó el periodista Luis Melillo, del medio local “Tiempo de Tortuguitas”, «Terremoto» o «Terry» maneja a un grupo de hombres que están disponibles para distintas tareas, que van desde realizar pintadas que llevan la firma de «Los terribles», hasta trabajar como fuerza de choque en las marchas contra el intendente. También realiza tareas de seguridad en los eventos que hace el municipio.
Marcela Benítez es otra de las integrantes de la patota identificada en la causa por agresiones, y es la esposa de Terremoto. Ambos viven en Grand Bourg, cerca de la Plaza Fuerza Áerea. Ella también fue reconocida por el municipio como empleada administrativa, sin embargo, tiene un almacén frente a la Plaza Fuerza Aérea al que atiende durante todo el día.
Otro de los identificados en la causa judicial es Ramón Yuste, que vive en Pablo Nogués y su puesto en el municipio es de coordinador y administrativo de la subsecretaría de Gobierno.
También figura en la causa que investiga el fiscal Santiago Camiñas, Irineo Sosa, quien no es empleado pero recibe planes sociales.
Además, hay varios agresores identificados por las víctimas de las golpizas, que todavía no fueron incluidos en la causa judicial.
Uno de ellos es Adrián Gorosito, alias «Tranco», su hijo Jorge Gorosito, alias «La Pocha», que vestía un buzo del sindicato La Fraternidad, y tres personas conocidas con los apodos de «Yonana», «Patán» y «el Melli de Nogués». Otro patotero es Carlos Vargas, conocido como el «Tío Carlitos», quien fue criado por el intendente, y a quien testigos lo vieron con un handy en la mano el día del ataque.