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Por Javier Martínez Zuviría | Finalmente, luego de algunos inconvenientes que hicieron peligrar la realización de la Fiesta de la Corvina Negra en San Clemente, el evento fue finalmente confirmado; pero en lugar de hacerse en el mes de octubre, como es habitual, la fiesta se celebrará el fin de semana largo de noviembre, entre el viernes 23 y el lunes 26, coincidiendo con la fiesta patronal de San Clemente Romano.
Este año se hace cargo de su organización el Club de Pesca y Náutico de la ciudad, junto a un grupo de cuatro jóvenes voluntarias que fueron quienes tomaron la iniciativa de convocar a todas las instituciones para que la fiesta pudiera hacerse.
Será esta la edición número 46 de una convocatoria que nació en 1966 por iniciativa de un pescador del lugar que quiso compartir con el resto del país los grandes ejemplares de corvinas que se pescan aquí entre los meses de septiembre y diciembre. En la primera oportunidad asistieron más de tres mil personas y se pescaron 34 piezas -una de ellas, muy grande, cuya foto se sigue exhibiendo con orgullo-.
Ahora la Fiesta de la Corvina Negra convoca cada año, además de los pescadores que llegan para participar en el certamen central de pesca, a una buena cantidad de público que asiste a los diversos espectáculos y concursos, y saborea los pescados que se asan en las parrillas del puerto.
El encuentro constituye además una buena oportunidad para visitar San Clemente del Tuyú porque es este un lugar donde mucho para ver y para hacer. Además del conocido “oceanario” Mundo Marino, con sus orcas, delfines, lobos marinos y pingüinos, existe en esta localidad, desde hace siete años, un complejo de termas marítimas con varias piletas para chicos y grandes.
Se trata de un gran complejo termal que tiene arboledas, solárium de arena y diversas instalaciones apropiadas para el aprovechamiento del agua termal, la cual se extrae a 1500 metros de profundidad, a una temperatura de entre 43° C y 55° C.
Son aguas muy ricas en cloruros, sulfatos, hierro, calcio, magnesio y sodio, muy recomendadas para afecciones de la piel y mucosas. El descubrimiento de la presencia de estas aguas en la zona, se hizo en el año 1999, y a comienzos del 2004 se pudo concretar este emprendimiento que ahora forma parte del complejo Bahía Aventura, junto al faro San Antonio, en el sector norte de San Clemente.
Pero el paseo tiene también otros atractivos. Todo este sector de la Bahía de Samborombón, en donde se ubica el área protegida de la Reserva de Punta Rasa, constituye un complejo ambiente ecológico reconocido internacionalmente desde el año 1997 bajo la convención Ramsar. El ambiente fue clasificado como humedal mixohalino, un término que alude al hecho de estar sometido a una gran interacción de aguas saladas y dulces.
Si uno mira desde lo alto del Faro San Antonio hacia el Uruguay, puede observar con bastante claridad la línea que separa en dos colores las aguas del Río de la Plata de las del Mar Argentino. Aquí es donde el estuario del río concluye para fusionarse con el océano; las aguas van tomando más salinidad y las olas se hacen más grandes a medida que se avanza hacia el sur.
Pero además de esta combinación de aguas en el océano, desde el continente avanzan los cauces del Río Salado y del Río Samborombón, así como los diversos canales aliviadores de la Pampa. Se va conformando así un ambiente de gran sedimentación con abundancia de moluscos, crustáceos y peces, todo lo cual constituye una fauna ideal para el alimento de las aves migratorias, que pasan aquí su verano austral. Las más conocidas de estas aves son el playadito, la rabadilla blanca, la becasa de mar, el playero rojizo y el chorlo pampa.
Es en general una zona de grandes cangrejales, con un suelo barroso en el cual crecen talas y pajonales. En cuanto a la fauna, no es extraño observar de lejos a un venado de las pampas, una especie en grave peligro de extinción para cuya protección la organización Vida Silvestre creó la reserva Campos del Tuyú.
En síntesis, mucho para ver y aprender en un largo fin de semana de noviembre.