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La Cancillería repudió hoy el envío por parte del Reino Unido del destructor de guerra Edimburgo hacia el Atlántico Sur y dijo que esta acción es un acto «irresponsable» y una «burla a las Naciones Unidas».
A través de un comunicado, el Palacio San Martín indicó que «el 24 de septiembre, mientras la Asamblea General de las Naciones Unidas sesionaba bajo el lema de la resolución pacífica de los conflictos, el gobierno británico anunció la partida del destructor de guerra Edimburgo con el objeto de `llevar tranquilidad a los territorios del Reino Unido y sus dependencias en el Atlántico Sur».
«Dicha acción -indica el texto- no sólo es una burla a las Naciones Unidas; también es un acto irresponsable ya que no existe mejor reaseguro para la tranquilidad de todos los habitantes de
dichas islas que retomar el diálogo diplomático para resolver el conflicto de soberanía que enfrenta a la Argentina con el Reino Unido».
El ejercicio del Derecho Internacional Público y el acatamiento de las Resoluciones de las Naciones Unidas también así lo disponen. La tenaz y continuada inaplicación de la normativa
internacional a través de los años por parte del Reino Unido no invalida el llamado a negociar que hace la comunidad de naciones», sostuvo la Cancillería.
Y agregó: «Por el contrario, demuestra la impunidad que sigue dando el poder militar y nuclear» y «a su vez deja en claro que Gran Bretaña utiliza su poder de veto en el Consejo de Seguridad para desoír las resoluciones de la Asamblea General demostrando con su actitud la necesidad de reformar los métodos de trabajo y la conformación de dicho órgano».
Se señala que «ayer, el Primer Ministro David Cameron se sumó a los líderes mundiales que desde las Naciones Unidas repudian la violencia y abrazan los sentimientos de paz y concordia entre los pueblos».
«Cameron subrayó la importancia del ejercicio democrático, la construcción de sociedades abiertas, la responsabilidad de las naciones en la vigencia del Estado de Derecho. Valores todos ellos que comparten argentinos y británicos. No podemos entonces más que repudiar que nuevamente un barco de guerra zarpe desde un puerto inglés con el propósito de perpetuar una ocupación militar iniciada a sangre y fuego por la corbeta Clio en 1833», finaliza el texto del ministerio de Relaciones Exteriores.