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La presidenta Cristina Fernández de Kirchner respondió en la Asamblea General de Naciones Unidas a las declaraciones de la directora del FMI, Christine Lagarde, quien había dicho que le podría sacar «tarjeta roja» a la Argentina.
Argentina “no será sometida a ninguna amenaza de que si no hace tal cosa se le pone una tarjeta roja”, dijo la mandataria y recordó que «desde 2005 el país viene pagando rigurosamente sus deudas».
Cristina aseguró que nuestro país “no es un cuadro de fútbol, es una nación soberana que toma decisiones soberanas”.
Durante su alocución ante la Asamblea General de Naciones Unidas, Cristina también repudió el asesinato del embajador» de los Estados Unidos en Libia, Christopher Stevens.
La presidenta también anunció hoy que instruyó al canciller Héctor Timerman para que se realice en las Naciones Unidas una reunión bilateral entre Argentina e Irán.
«Para nosotros los argentinos, sigue constituyendo una llaga abierta la voladura de la AMIA y la embajada de Israel», sostuvo.
Cristina agregó que «en reiteradas oportunidades hemos pedido a Irán su colaboración. En 2010 y 2011 ante la falta de respuesta ofrecí como alternativa la elección de un tercer país para que se desarrolle un juicio».
«El miércoles pasado hemos recibido por parte de Irán un pedido de reunión bilateral. Mi país, que sigue reclamando el diálogo, ha decidido instruir al canciller para que tenga lugar en Naciones Unidas una reunión bilateral entre ambas cancillerías», y remarcó que «esperaba soluciones de ese encuentro».
En su mensaje a la Asamblea de Naciones Unidas la jefa del Estado reiteró los reclamos de soberanía argentina sobre las Islas Malvinas y diálogo con el Reino Unido, tal como instó la ONU con distintas resoluciones sin que fueran acatadas aún por el gobierno de David Cameron.
«El próximo año se cumplen 180 años de que el Reino Unido usurpara ilegalmente nuestras Islas Malvinas, y no sólo no ha cejado en esto, sino que no ha dado respuesta a los reclamos de Naciones Unidas», instando a iniciar negociaciones, señaló la mandataria ante la Asamblea de Naciones Unidas.
Cristina enfatizó que el tema Malvinas «no es una cuestión bilateral», sino que «se ha convertido en una cuestión global», porque «terminar con los últimos vestigios de colonialismo, que fue uno de los grandes logros de las Naciones Unidas, e ingresar al siglo XXI sin territorios coloniales hace también a los derechos humanos».
«No estamos pidiendo que digan que tenemos razón, eso no es diálogo», advirtió Cristina, quien además reclamó al Reino Unido «desmilitarizar el Atlántico Sur, una región de paz, sin diferencias étnicas, ni religiosas, ni de ninguna naturaleza, que nos lleve a enfrentamientos»
Tras su discurso, la presidenta argentina se reunió por espacio de media hora con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon y culminó su actividad oficial en Nueva York con un encuentro con el presidente egipcio Mohamed Morsi. Ambas audiencias se enmarcaron en la Asamblea General de las Naciones Unidas.