En el cierre de la séptima jornada del Torneo Eva Perón – Copa Evita Capitana se produjo uno de los clásicos más importantes del fútbol argentino. Quilmes hospedó a Lanús en un nuevo choque de dos de los rivales más grandes de la provincia de Buenos Aires. El dueño de casa buscaba acabar con la racha de tres sin consumar un triunfo, mientras que la visita soñaba con conseguir la segunda victoria consecutiva. A pesar de las intenciones de ambos equipos realizaron un partido poco atractivo para el espectador. El cero no se quebró en ningún momento de la noche y el juego brusco predomino en el mediocampo. Sólo cinco jugadores vieron la tarjera amarilla, sin embargo el exceso de fuerza ameritó otras sanciones, que no fueron tomadas, por parte del árbitro Sergio Pezzotta. El Cervecero estiró su andar negativo a cuatro cotejos sin obtener los tres puntos y vuelve a estar presente en la orbita del descenso. El Granate no logra hallar un camino y tras ganar el fin de semana pasado volvió a demostrar falta de lucidez.